La Cultura Popular le canta sus cuatro verdades a Abreu, pincha el siguiente enlace y luego dale play al reproductor:

jueves, 25 de marzo de 2010

Lluvia de coplas anti-SISTEMA

Se ha desatado una lluvia de coplas anti-SISTEMA por todas partes. Compartiremos con ustedes algunas de las que nos han llegado:

La Cultura Popular
¿dónde está que no la veo?
Se robó todos los reales
el tracalero de Abreu.

La Cultura Popular
pasó a un la'o de la orquesta
y ésta con desdén le dijo:
serás siempre cenicienta

La Cultura Popular
canta y baila a granel
pero el ministerio apoya
sólo a Abreu y Dudamel

La Cultura Popular
anda a pie y a chancleta
y el Sistema ‘e las Orquestas
en avión y camionetas

La Cultura Popular
brilla y brilla con orgullo
pero Abreu tiene a Chávez
alumbra’o con su cocuyo

La Cultura Popular
crea todo en un cuatrico
pero el presupuesto va
pa’ violines y piticos

La cultura en general
Tiene a Abreu y sus desmanes
Pero el que más lo apoya
es el presidente Chavez..

Funcionarios y Ministros
le dan recurso al sistema
al de los capitalistas
donde Abreu es Anatema

La Cultura Popular
no es una cuestión de Ocio
nace en la entraña del Pueblo
Sres..... NO ES UN NEGOCIO......

La Cultura Popular
Viaja muy poco en Avión,
pero es la que pone el pecho
por Nuestra Revolución

La Cultura Popular
No se va a echar a llorar...
No bailábamos a Europa
en el Baile de San Juan

La Cultura Popular
No es de elites ni logias
Pero si sabe pelear
Con bríos y sin demagogia

La Cultura Popular
es grande como su nombre
y aunque hoy muchos se asombren
me la quieren trasquilar
me la quieren chucutear
viles manipulaciones
entre malas intenciones
vulgar acaparamiento
se colean todo el tiempo
los zorros y camaleones

Saludos a Iván, a Luis, a Claribel, a Diego, a Casimira, a Columbo y a todas las personas que nos han mandado sus coplas.

Varios músicos venezolanos se unen en una nueva versión del tema "Canto de Guaraña". La Cultura Popular dice: ¡PRESENTE!...

Por: Freddy Argimiro Gutiérrez

Pincha aquí y luego dale play al reproductor para escuchar la canción: http://www.goear.com/files/external.swf?file=c17fb06

La idea de esta nueva versión del tema "Canto de Guaraña" es expresar las alegrías, las inquietudes y las expectativas actuales de La Cultura Popular. Modifiqué un poco las coplas que hice inicialmente para que la canción pueda ser difundida en cualquier horario y en cualquier medio de comunicación, de todos modos la intención se mantiene intacta. Contamos contigo para propagarla, envíasela a la mayor cantidad de gente posible. Los que quieran leer la "versión rotunda" utilicen esta dirección:

Canto de Guaraña (Guaraña)
Letra: Freddy Argimiro Gutiérrez
Música: Recopilación Un Solo Pueblo

Intérpretes:
Ismael Querales (Miembro fundador de la agrupación Un Solo Pueblo): maracas, tambor y voz.
Daniel Gil (Director de la agrupación Rucaneo del Mabil): cuatro y voz.
Iván Pérez Rossi (Miembro fundador de la agrupación Serenata Guayanesa): voz.

La Cultura Popular
tiene amigos a montones
pero se siguen coleando
los zorros y camaleones

La Cultura Popular
lleva en su alma de candil
la gloriosa rebeldía
del diecinueve de abril

La Cultura Popular
es vistosa como un óleo
y es en su alma generosa
que hay que sembrar el petróleo

La Cultura Popular
según la Constitución
goza mi hermano del alma
de una especial atención

La Cultura Popular
muchas veces duerme mal
porque no le han dado aún
su seguridad social

La Cultura Popular
te lo digo en voz muy alta
no recibe Premios Nóbel
y tampoco le hacen falta

La Cultura Popular
es del pueblo el timonel
pero quieren reemplazarla
por maestros de oropel

La Cultura Popular
con su arepa y su cabestro
tiene al pueblo soñador
como único Maestro

La Cultura Popular
te lo digo María Inés
no anda con relojes caros
pero sabe que hora es

La Cultura Popular
vive escuchando discursos
y por cosas del sistema
no le llegan los recursos

La Cultura Popular
debe armar una querella
pa’ que los zorros no sigan
quitándole lo que es de ella

La Cultura Popular
tiene que tomar acciones
pa’ parar el saboteo
de zorros y camaleones

Nota: el "Rolex" de vivo (Dudamel) y el pre-candidato al Nobel de la Paz (Abreu) no podrán apabullarnos con su grosera campaña enajenante... ¡¡¡Viva la CULTURA POPULAR!!!... No es hora de resistir, es hora de INSURGIR.

Si yo fuera el Ministro del Poder Popular para la Cultura…

Por: Freddy Argimiro Gutiérrez

Si yo fuera el Ministro del Poder Popular para la Cultura…

· Terminaría de transformar el Ministerio en una Seccional del Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela.

· Reeditaría todas las canciones de Alí Primera pero sustituyendo las groserías y las frases subversivas por expresiones refinadas y académicas.

· Montaría un Concierto en Homenaje a Simón Díaz con los grandes Arpistas (Clásicos) de los llanos Europeos.

· Crearía el INSTITUTO SUB-MUSICAL DE SONIDOS PRIMITIVOS, ente que se encargaría de estudiar las obras de Pío Alvarado, El Carrao de Palmarito, Ricardo Aguirre, Serenata Guayanesa, Un Solo Pueblo, Los Golperos de El Tocuyo, Adelis Fréitez, Hernán Marín, Lilia Vera, María Rodríguez y Cecilia Todd.

· Organizaría un acto de masas para entregarle a Gualberto Ibarreto una réplica de la batuta de Gustavo Dudamel.

· Implementaría un plan de asistencia psico-auditiva para acercar a los admiradores de Felipe Pirela, Cheo García y Memo Morales al maravilloso mundo del Sistema Nacional de Orquestas.

· Le retiraría a Oscar D’ León el seudónimo de EL DIABLO DE LA SALSA y lo comenzaría a llamar EL MOZART DE LA CAPITANÍA GENERAL DE VENEZUELA.

· Incorporaría a los seguidores de Ilan, Yordano y Franco De Vita en los programas de desintoxicación musical ROCKERÓLICOS ANÓNIMOS y BALADISTAS INCÓGNITOS.

· Le quitaría el nombre a la banda de ska DESORDEN PÚBLICO y le pondría AGRUPACIÓN ORDEN Y PROGRESO (con José Antonio Abreu como Director).

· Prohibiría el disco “En Cuba” de Alfredo Sadel por tratarse de un material comunista dedicado a la Nueva Trova.

¡¡¡Viva el Maestro y Viva Dudamel!!!

Si queremos acabar con la pobreza, démosle poder a José Antonio Abreu.

freddyargimiro@hotmail.com

Nota: este artículo fue publicado en el sitio web Aporrea.org el 05/03/10

Un Sistema alternativo al «Sistema»

Propuesta popular contra la hegemonía del Sistema de Orquestas Clásicas en Venenzuela
Por: Xavier Padilla (*)

Lo que sigue es un manifiesto de principios relativos a la cultura popular, al tiempo que una propuesta cultural: la creación de una Red de Espacios Musicales Alternativos (REMA) para el desarrollo comunal de la MÚSICA POPULAR, entre cuyos objetivos se encuentra el de contrarrestar la hegemonía ejercida por el Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela, organización expansionista que hace del discurso de la inclusión social un pretexto para imponer su tácita predilección por la música clásica, a la cual reserva de facto el lugar "preeminente" de la actividad musical presupuestada por la nación, quedando así excluido el diverso y verdaderamente mayoritario talento musical del pueblo venezolano en sus múltiples formas expresivas (salsa, joropo, rock, jazz, fusión, canción, parranda, tambor y un largo etcétera).

Nota preliminar

La presente propuesta trata exclusivamente del arte musical popular y de su medio natural: la comunidad. Siendo venezolano, músico, y con una experiencia internacional extensiva a más de 40 países, fue la intensa actividad comunal desempeñada durante una década en un barrio de Caracas (Sarría, 1977-1987) lo que dio origen a mi propio desarrollo. Este proyecto está fundamentado, por lo tanto, en una experiencia concreta y no en una especulación idealista acerca de las condiciones comunales necesarias para el desarrollo del arte musical popular.

I. Del arte musical popular

Por arte musical popular entendemos todas las formas musicales desarrolladas fuera del ámbito académico clásico, originadas en el talento expresivo del pueblo y cultivadas mediante sus propios métodos y formas de aprendizaje. Estas formas musicales se renuevan constantemente y suelen mezclarse unas con otras para formar nuevos estilos y géneros, creando y recreando los códigos vivos de una interacción permanente, gracias a la cual el pueblo aporta de continuo una versión genuina y actualizada de su expresión, y reafirma por ende su libertad.

Es necesario señalar que al hablar de “música popular” no nos referimos a la música folclórica. El adjetivo “popular” nos remite a un amplio conjunto de géneros y estilos musicales cuyo origen no se limita a la música folclórica, de carácter patrimonial y originada en tradiciones ancestrales. Por supuesto, la música folclórica es también considerada “música popular”, pues tiene su origen en el pueblo, pero en la misma no puede resumirse el amplio espectro que comprende lo popular. La música popular engloba, antes bien, todas las formas musicales aparecidas en la sociedad tanto en el pasado como en el presente, ya que el significado del adjetivo “popular” no se agota en lo patrimonial, en lo tradicional sino que se extiende a lo que pertenece al pueblo en todo momento (pasado, presente y futuro); lo popular constituye, pues, una expresión viva, directa, cuyo origen no es el medio clásico, ni su vocación la academia. Históricamente, la academia y el repertorio clásico son también patrimonios, tradiciones de una cultura bien específica, pero éstos no tienen precisamente un origen popular.

La música popular es un elemento representativo de la absoluta espontaneidad y libertad creativa del pueblo en su autodeterminación identitaria, y se origina invariablemente en las comunidades. El Estado venezolano, por lo tanto, debe, tal como se menciona en el Artículo 100 de la Constitución Nacional, reconocerla, respetarla y promoverla bajo el “principio de igualdad de las culturas”. Tiene la obligación de darle un apoyo al menos equivalente al que le da actualmente a la música clásica a través de nuestro celebrado sistema de orquestas.

II. Origen comunal de la expresión artística popular

1. La comunidad como fuente y destino. Nuestras comunidades, aun siendo ricas en manifestaciones culturales diversas, a menudo no llegan a desarrollarlas y devienen, por decirlo así, verdaderas canteras de desperdicio artístico. Pero no es el desperdicio del potencial artístico del individuo como objeto de valor comercial lo que nos preocupa en nuestro proceso de cambios hacia una sociedad socialista. No nos interesa la profesionalización del artista en tanto que futuro vendedor de su talento. Nos interesa, en cambio, el desarrollo y la optimización de sus capacidades dentro del ámbito de una integración social, no de una integración comercial.

Una sociedad socialista, entendida en forma integral, reivindica la interdependencia entre el individuo y su entorno, y considera los beneficios individuales como propios del colectivo. La sociedad deviene una extensión del individuo y no una instancia diferenciada contra la cual lucha y a la cual tiene que vencer. Contrariamente a esto, la sociedad capitalista, de cuya esencia surge la falsa concepción de un antagonismo necesario entre individuo y sociedad, niega e impide deliberadamente que la expresión artística del individuo sea también expresión de un colectivo, que tenga dicha doble pertenencia. Pero la expresión artística popular, sin su elemento comunal de origen, es apenas una imitación de sí misma.

2. El hábitat ético-estético de la expresión popular. El arte, desde un punto de vista comunal, dista mucho de la concepción burguesa según la cual la expresión artística es un acto individual y un fin en sí misma, independiente de todo contexto original colectivo. Cuando hablamos del arte desde una perspectiva comunal, nos referimos a la sola forma de arte que consideramos éticamente posible: la del arte en tanto que acto integral, contextual, surgido de una realidad que delata en el individuo-artista su pertenencia a un colectivo. La comuna donde vive el artista se expresa virtualmente en sus obras, no sólo su propia persona. Contrariamente a lo postulado por el capitalismo, el innato potencial artístico del individuo no basta para generar una expresión artística que refleje la realidad; no puede faltar en la obra la influencia directa de las condiciones de vida comunales del artista (esto es, sus condiciones de vida reales), las cuales constituyen aquello que, en retrospectiva, confiere legitimidad a la realidad de su expresión.

En el modelo capitalista, la sociedad cosifica la expresión artística en un hecho abstracto, subjetivo y exclusivamente personal. La creación deviene entonces un fenómeno “individual”, “independiente”, adscrito a una figura jurídica acomodaticia que permite su pronta conversión en producto mercantil. Quedan así el artista y su obra separados del contexto comunal inicial, cual bienes de consumo expropiados a la comunidad. Y ésta, al ir perdiendo a sus artistas, quienes son extraídos de su seno hacia un mercado donde terminan a menudo cultural y moralmente desangrados, se convierte en un lugar desierto, sin alma propia, o bien en un espacio meramente geográfico, donde el arte y la presencia de manifestaciones culturales no sólo son un fenómeno cada vez más raro, sino disociado. ¿Cómo podría ser de otra manera en comunidades sometidas al rompimiento de su ciclo natural de expresión identitaria, o lo que podríamos llamar una alteración de su hábitat ético-estético?

3. Vulnerabilidad, mimetismo y dependencia cultural. La comunidad, desprovista de su propia cosecha, y viéndose limitada a nutrirse exclusivamente del exterior, no sólo termina padeciendo un empobrecimiento de su propio potencial artístico, de su fertilidad ético-estética, de sus defensas identitarias naturales, sino que deviene más vulnerable y propensa a la enajenación cultural. Dentro de un contexto de vacío cultural propio, toda información recibida termina por convertirse en un instrumento de transculturización y por ende de alienación.

La incidencia de contenidos estéticos foráneos produce en la comunidad debilitada un efecto contrario al de las creaciones propias de una cultura local sólida: desmiembra, separa, individualiza, rompe continuidades generacionales e introduce en el individuo espejismos e ilusiones irrealizables. Es así como terminan por aparecer en los miembros de una comunidad desmembrada (membra disjecta) los signos evidentes de una conducta imitativa, acomplejada, compulsivamente reproductora de lo foráneo, devenida exógeno-dependiente y endógeno-repulsiva. Una conducta visceral y persistente en su negación de lo próximo, propia de individuos auto-confinados a dimensiones ficticias y cuyo aislamiento de la realidad objetiva culmina en una disociación que los condena al auto desprecio.

4. Liberación creativa. Las únicas defensas reales que tienen las comunidades —y por ende la sociedad entera— frente a un peligro constante de sub-culturización son, pues, el cultivo y práctica de actividades artísticas propias, sin lo cual todo cuanto detentan de potencialmente positivo para su armonía y equilibrio se lo lleva el capitalismo.

Con objeto de evitar esto, las comunidades deben ser dotadas —por un Estado socialista, anticapitalista y antiimperialista— de medios para su propia defensa. Defensa que constituye una necesidad de primer orden y que implica la implementación de un proyecto de envergadura. Es indispensable la creación de bases estructurales eficientes con las cuales poner en práctica el desarrollo de la expresión artística libre, intuitiva, espontánea, sin la imposición de modelos ni referencias acabadas de otras culturas. Posibilitar la liberación creativa —a través de medios artísticos universales tales que el teatro, la danza, la pintura, la fotografía, la poesía, la escultura, la música y otros— es una prioridad impostergable.

III. Aspecto contextual del presente proyecto

La música ha sido siempre una de las expresiones artísticas más relevantes del pueblo venezolano, pero también una cuyo potencial de integración comunal ha sido altamente subestimado. Podría pensarse que esta afirmación, en un país como Venezuela, cuna del mundialmente celebrado Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles (SOIJ), constituye un signo de mala fe. Sin embargo, hay razones para afirmarlo, y ello sin negar en absoluto la importancia ni los méritos de dicho sistema.

Si observamos bien, no es precisamente el potencial comunal lo que el mismo promueve. En su acercamiento —no obstante meritorio— a los más recónditos sectores de la población venezolana, el “sistema” colecta talentos que luego son instruidos en la ejecución de un repertorio musical europeo (incluidas sus estructuras formales correspondientes), y no de repertorios locales, populares, actuales ni autóctonos. Éstos siguen quedando en manos de la radio y la televisión…

La orquesta clásica, que es la estructura nominal del “sistema de orquestas”, simplemente no puede —a pesar de sus eventuales esfuerzos— abordar con propiedad, con adecuación, con pertinencia, con solvencia ni con autoridad las diversas sonoridades de la música popular contemporánea (en buena parte basada en instrumentos eléctricos, sintéticos, etc.), ni aun de la música folclórica (repertorio afrodescendiente, indoamericano, etc.). Estas formas musicales disponen de sus propios instrumentos, técnicas y métodos. En cuanto al medio ambiente práctico y real del “sistema”, éste es el conservatorio, la academia, no la comunidad.

Es así como gracias al filtro cultural inmanente a la música clásica (el cual es desafortunadamente reminiscente de nuestra histórica condición colonial), un amplio abanico de formas musicales vivas y populares queda automáticamente excluido. Se trata de formas a veces autóctonas, otras simplemente propias de las tendencias de vida locales de nuestras clases populares. A las cuales diversos —y muy cuestionables— intentos de adaptación clásica no logran en modo alguno “honrar”, sino apenas reutilizar y descontextualizar, sin llegar a retribuir a las fuentes originales un aporte artístico proporcionalmente válido.

Es por lo tanto difícil no advertir en el mencionado “sistema” la existencia manifiesta de una clara tendencia culturizante sobre lo popular. En este sentido, aun al aportar elementos y medios artísticos a una población en descuido, el “sistema” emplea sutiles procedimientos coloniales de "substitución cultural", lo cual lleva a cabo reclutando talentos y luego "culturizando" allí donde supuestamente no hay aún cultura, sino "potencial artístico bruto".

Aun teniendo dicho “sistema” el mérito incuestionable de contribuir al desarrollo y continuidad de la cultura europea en nuestras tierras (mérito que celebramos, pues no pretendemos negar en lo absoluto el valor de dicha cultura), la captación por parte del Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles de jóvenes en situación de exclusión social no justifica un reemplazo del “tronco” principal de nuestras raíces, ni una sub-valoración (por omisión) de la variedad, universalidad y complejidad de la cultura musical popular a la cual la comunidad, como célula esencial de la cultura, nos remite de continuo.

Vale señalar que la mencionada intencionalidad culturizante de dicho “sistema” no es un hecho puntual ni accidental. Se trata más bien de la naturaleza misma expansionista de la cultura a la cual el mismo representa, convencida históricamente de su superioridad y por regla general acostumbrada a imponerse allí donde se encuentre.

No obstante, el éxito que el “sistema” ha tenido en nuestra nación se debe, a parte de dicho expansionismo, también a dos factores concretos: la legendaria perseverancia de su fundador, el maestro José Antonio Abreu, y la forzosa ausencia de una iniciativa similar o comparable por parte de los sectores populares de nuestra cultura.

Claro que sería vano —y hasta cruel— comparar la desigualdad de oportunidades que prevalece entre ambos actores: por un lado tenemos al emblemático maestro clásico, culto, fundador de academias, benefactor altruista —con influencia política transgubernamental—, y por el otro tenemos a los músicos autodidactas, no académicos, dichos “de calle”… Es una comparación tan inútil como cualquier apología que intentaran hacer los pobres frente a su proverbial desventaja. Los músicos populares ya han hecho bastante con lograr afinar sus raídos instrumentos y entonar sus cantos sublimes, llenos de optimismo, en medio de una marginación consistente, sistemática.

No es un secreto que la música clásica siempre ha tenido la exclusiva bendición de la clase dominante en nuestro país, a diferencia de la música popular. De esta última siempre ha habido una percepción degradante por parte de los miembros de la clase dominante, quienes, sin poder llegar a ser considerados realmente “cultos” ellos mismos, han sembrado no obstante en el inconsciente colectivo de nuestro pueblo una axiología cultural pro-europea, elitista y antipopular.

Por esta razón, la creación de un sistema defensivo con el cual las comunidades puedan preservar los contenidos propios de su expresión artística es a todas luces necesaria. Se trata de uno de los aspectos cruciales de nuestra lucha de clases (su parte cultural), la cual pasa por una reivindicación pragmática de los fundamentos comunales originales de la expresión artística.

La expresión musical popular —hay que señalarlo— tiene objetivamente y desde todo punto de vista una dimensión universal; otra cosa es que haya sido “vuelta” marginal. Constituye una multitud de formas musicales, tanto actuales como autóctonas de las más diversas culturas del mundo, y ha evolucionado siempre al margen del capitalismo; ha sido históricamente prohibida o arrancada de su contexto original, el comunal, y por lo tanto su singular destino ha sido y continúa siendo el de la resistencia.

La confrontación es, pues, histórica e inevitable, y la razón por la cual se ha dicho que la revolución tiene que ser cultural, es que la cultura no constituye un elemento accesorio de los pueblos, sino un aspecto esencial de los mismos: el de su identidad. En tal sentido, los modos y formas expresivos de las clases históricamente dominantes no pueden ser los mismos con que se expresa el pueblo, ya que los elementos de su expresión (o estética) no pueden serle suministrados por su opresor. El pueblo no puede expresarse a través de ellos ni hacerlos suyos sin traicionarse a sí mismo. Es obvio que todo propósito de identidad comienza por el factor ético, y que a éste está indisolublemente vinculado el estético.

Si la ética de la clase dominante no se corresponde con la ética de las clases populares, la estética de aquélla no puede corresponder con la estética de éstas. La creación y la expresión artística dicen mucho de la verdadera soberanía de una sociedad: la cultural. Ésta es la identidad misma de los pueblos.

En un proceso revolucionario de cambios sociales como el nuestro, no podemos olvidar la vigencia de esta dialéctica de dominación histórica, la cual trasciende hasta nuestra mal llamada era “post-colonial”. Por ello nunca enfatizaremos demasiado la responsabilidad que tienen las actuales instituciones revolucionarias en devenir instrumentos para un verdadero cambio de paradigma cultural.

IV. Necesidad de un “sistema” popular paralelo

El presente proyecto propone crear estructuras que proporcionen a la música popular oportunidades de desarrollo similares o equivalentes a las que tiene la música clásica en nuestro país, y ello haciendo énfasis en el carácter integral, comunitario, no académico del entorno comunal que le es propio. Es un hecho que las formas naturales de estudio y evolución de la música popular no corresponden a las de la academia, debido a que las técnicas de composición e interpretación son aprendidas y desarrolladas en forma diferente que en el conservatorio.

La formación del músico popular es expresión directa de un hecho comunal espontáneo y tan natural como la música misma que interpreta. El flujo de conocimientos transmitidos y asimilados deviene un fenómeno orgánico en la intimidad convivial del entorno comunal.

La formación de músicos profesionales en el medio clásico tiene, en cambio, la particularidad de crear en cierta forma funcionarios de orquesta. El músico en el mundo clásico se encuentra en un contexto donde su talento puede ser concebido y catalogado en función de una jerarquía piramidal, cuantificable. Tal vez sea la única forma de mantener y desarrollar el trabajo específico que dicha música demanda, pero de cualquier manera el medio académico crea en fin de cuentas una comunidad a parte de la comunidad misma.

V. Los Centros Comunales de Integración Musical

La Red Espacios Musicales Alternativos (REMA), que consiste básicamente en un sistema de Centros Comunales de Integración Musical, está concebida en función de un cambio radical de paradigma cultural y responde a una necesidad profunda de transformación social. Entre otras cosas, esta red provee una estructura que es crítica, en sí misma, de cualquier utilitarismo cultural, como aquel que ve en la actividad artística popular un simple instrumento de prevención delictiva, o bien un dispositivo complementario antidrogas. Tal concepción, propia de un panfletarismo pseudo-socialista, intrascendente, reformista y superficial reduce la importancia del arte a una actividad de relleno social, y, lo que es aun más grave, no ve inconveniente en que el talento comunal sea utilizado en detrimento de su propia identidad cultural, poniéndolo en manos de una estética culturizante, eurocentrista y hegemónica como la impuesta, de forma inconsulta, por el Sistema en su predilección por la música clásica.

Los Centros Comunales de Integración Musical comenzarían a ser instalados en las comunidades de forma experimental mediante módulos "pilotos", los cuales luego se extenderían progresivamente por todo el territorio nacional. Para ponerlos en funcionamiento, los mismos requieren de facilitadores o facilitadoras, los o las cuales NO necesitan haber egresado de escuelas tradicionales de música (conservatorios, academias musicales, etc.). Éstos sólo deben dar constancia de una actividad musical confirmada en tanto que músicos en ejercicio. Los facilitadores obtendrán, eso sí, una adecuada formación acerca de los lineamientos generales del proyecto y sus bases conceptuales, así como sobre la particularidad de su condición de facilitadores-motivadores (FM) de la iniciativa musical comunal, y NO en tanto que dirigentes de ésta.

VI. Concepto del trabajo musical en los Centros

La línea musical del trabajo realizado en estos Centros será sólo definida por los participantes comunales mismos, en modo alguno por los Centros. La libertad en este sentido es total y el rol de los FM es puramente asistencial. Estos núcleos tendrán, por ello mismo, el deber de informar y orientar respecto de la diversidad de legados y corrientes musicales actuales existentes en el mundo, haciendo énfasis en las expresiones de tipo autóctonas y populares de la región. Para ello se organizarán charlas periódicas con otro tipo de facilitadores, los facilitadores itinerantes (FI), cuya función específica es la de visitar los Centros donde sea propicia la temática particular de su dominio. La organización general de este tipo de actividades, como la de todas las demás actividades del proyecto, está llevada a cabo a partir de una oficina central llamada Dirección General de Centros Comunales de Integración Musical (DGCCIM), responsable máximo de la gestión de Centros, y debe depender del Ministerio del Poder Popular para la Cultura o de cualquier otra instancia pertinente disponible para la recepción y sostén del proyecto. Los costos están por definirse, pero en comparación con el Sistema de orquestas, al cual se afecta aproximadamente el 40 % del presupuesto nacional para la cultura—, puede estimarse que la puesta en marcha este proyecto y su gradual desarrollo no supondrán, por su simpleza, un presupuesto oneroso.

VII. Objetivo de los Centros

Los Centros Comunales de Integración Musical (CCIM) vendrían a cubrir una importante laguna en el sector cultural musical de nuestro país, ayudando entre otras cosas a erradicar de la psicología de nuestro pueblo la errada óptica predominante —impuesta por el modelo capitalista— que promueve o profesa la "producción" de talentos. A ello se responderá con hechos concretos y mediante la prueba práctica de que la comunidad, ante todo, es el órgano principal de la sociedad y que la música —como tantas otras formas de expresión artística— es uno de sus elementos propios: que es en la comunidad donde se genera, donde “vive”, donde se cultiva y donde mejor se expresa.

Sin música la comunidad enmudece, se “seca”, empobrece su alma. No podemos decir que la música sea el alma toda de la comunidad, pero es incuestionable que siempre ha sido un elemento importante de la misma; uno de cohesión, de integración, con un gran potencial identitario y unificador. Y como se ha dicho infinidad de veces, la música es también un lenguaje universal; pero uno que fertiliza colectivos, que inventa sus modos propios comunales. Así como nos identifica, la música ayuda a crear al mismo tiempo nuestras identidades.

También se probará y pondrá en práctica en estos centros que la música no pertenece a los músicos, sino a todos los seres humanos, tanto a quienes la hacen como a quienes la escuchan o la bailan; y que todos integramos su fenómeno, el cual imprime nuestra huella cultural en el tiempo y en el espacio. Tomemos como ejemplo a los gitanos, y veamos la importancia que tiene la música en el seno de esas comunidades errantes de la historia, segregadas, excluidas, marginadas y perseguidas. La música fue siempre su fuerza de cohesión, su forma de vida, su resistencia, su impermeabilidad y hasta su subsistencia. La influencia que luego su música tuvo y sigue teniendo sobre tantas otras músicas del mundo, incluyendo las músicas llamadas "cultas", es no sólo incalculable sino la prueba misma del poder comunal inherente de la música.

Este poder es a menudo un aspecto suyo muy subestimado. Miremos alrededor, en nuestra propia geografía: ¡cómo abundan similares ejemplos! Si bien es cierto que el poder popular de la cultura se manifiesta principalmente a nivel de la comunidad, no hay dudas que entonces históricamente la comunidad tiene a uno de sus mejores aliados en la música.

La Red de Espacios Musicales Alternativos y sus Centros Comunales de Integración Musical son el reconocimiento mismo de la música en tanto que expresión, parte y derecho de la comunidad; su creación e implantación en el panorama cultural de la nación constituye, por lo tanto, una sentida respuesta institucional-revolucionaria en protección de este derecho.

VIII. Nota ideológica final

Una sociedad socialista debe formar individuos para el aporte a la sociedad, y es sólo mediante este aporte que reviene a ellos cualquier satisfacción personal en forma de calidad de vida. En ella la satisfacción de los propósitos individuales sólo puede ser alcanzada a través de propósitos meta-individuales, los cuales constituyen el único orgullo moralmente válido dentro del socialismo. Estos propósitos sociales son la forma más elevada de proyección del individuo: en ellos él mismo ya no es considerado como un fin en sí, sino como parte de una realidad integral, supra-membral. Dejan superado el egoísmo fomentado por el capitalismo y fundan una revolución cultural que comienza en las comunidades, donde todos los individuos forjan una identidad colectiva superior a la suma de sus partes. Identidad cuyo carácter natural confiere a la cultura local la solidez suficiente para hacerse impenetrable y defenderse sola, y que representa la máxima expresión de los pueblos. Identidad, en definitiva, que más allá de toda satisfacción individual produce lo que, con toda razón y pertinencia social, gustamos en llamar «SATISFACCIÓN PATRIA».

(*) Fernando Xavier Padilla Delgado, CI: 6.049.781 (músico venezolano residente en París, Francia)

¿De quién es Dudamel? ¿Del capitalismo o de la Revolución?

Por: Jesús Chúa Espinosa

Voy a dejar volar a la imaginación y de esa forma tratar de darle sentido a lo que pareciera que no lo tiene. Si; pareciera que no tendría ningún sentido, ponernos como estúpidos a pelearnos, sobre los fundamentos ideológicos que privan en una persona en particular, en este caso me estoy refiriendo, al supuestamente fenómeno de la música clásica GUSTAVO DUDAMEL.

Para cualquier persona medianamente sensata esta actitud mía se tendría que tomar como una manifestación auténticamente envidiosa y; si no fuera porque hasta yo mismo me conozco aseguraría que sí, que soy un absoluto y total envidioso; pero como me conozco muy bien, sé que no es verdad, pero, como lo que pienso decir, no es, ni en contra ni a favor del señor director de música clásica, GUSTAVO DUDAMEL, aunque sí, en base a él, es necesario que explique esto, antes de que vengan algunos pajúos a decirme envidioso o resentido.

Si bien es muy cierto y muy concreto que tenemos sentirnos orgullosos y resaltar y reconocer lo virtuoso que es el señor GUSTAVO DUDAMEL, en cuanto a su excelente profesionalismo, no es menos cierto que, si estamos buscando o tratando de rescatar de alguna manera nuestras tradiciones, nuestra cultura autóctona y nuestra idiosincrasia; no será, con el ejemplo, no muy tradicional, ni muy nacionalista del estilizado DIRECTOR Gustavo Dudamel, que lo vamos a lograr. Vuelvo, repito e insisto; esto no es envidia, ni resentimiento, ni nada personal contra el señor director Gustavo Dudamel, pero ni por el carajo me puedo seguir calando el fenómeno DUDAMEL, sin que nadie se arriesgue a decir un absoluto y total grandísimo ¡COÑO! No me la calo más estoy mamao, no de Dudamel, él no tiene la culpa que de este lado del charco tengamos tantos pochoclos

Pero el día de ayer, se pasaron de la raya, los grandísimos HIDEPU del medio de comunicación privado VENEVISION y los no muy tan lúcidos directivos de Venezolana de Televisión (VTV). Bueno, yo no sé que me dio más arrechera, si tener que calarme el enorme fastidio de una programación monótona, por parte de estos medios de comunicación, sobre la presentación de un concierto de música clásica dirigido por Gustavo Dudamel o si por la terrible decepción que me daba el tener que ver, como se peleaban dos visiones distintas del mundo y que las dos hayan pretendido hacerme creer que ese es el ejemplo que debe seguir nuestra juventud, mientras se está perdiendo nuestra cultura autóctona, es decir, seamos felices como DUDAMEL, mientras perdemos nuestra identidad ¡Bien bello pues!

El día de ayer viernes 25 de diciembre de 2009 tuvimos que ver a un GUSTAVO DUDAMEL en dos facetas “analógicamente fusionadas” o sea vimos una vaina toda loca; mientras que, en el canal de todos los venezolanos (VTV) nos presentaban al director de la orquesta sinfónica de Venezuela; por su parte, en Venevision, nos mostraban a un DUDAMEL capitalizado y mercantilizado, conduciendo a una FILARMONICA en un anfiteatro en Los Ángeles (EEUU), es decir, mientras en venezolana de televisión nos mostraban a una añoranza revolucionaria, en el canal de comunicación privado Venevision, nos estaban presentando a un GUSTAVO DUDAMEL, como un trofeo obtenido por el capitalismo, pero, elaborado y diseñado en un gobierno SOCIALISTA y aun mantenido y sostenido con recursos económicos del SOCIALISMO ¿Qué güebonadas son esas?

Sé que con esta postura me he de ganar una inmensa cantidad de mentadas de madre y los que lo hagan tendrán mucha razón en hacerlo, pero créanme, eso lo prefiero mil veces a que me vean cara de pajúo, ya estoy mamao de que me crean poceta, para que me sigan vendiendo mierda como ungüento para el dolor de no haber defendido con rebeldía lo que tenemos que llorar como revolucionarios, y GUSTAVO DUDAMEL, es tan solo un pequeñísimo ejemplo.

Yo lamento mucho que me hayan puesto en esta situación, pero no puede ser que mientras nuestro comandante en jefe máximo y único líder HUGO RAFAEL CHAVEZ FRIAS, se desgañita dando ejemplo de dignidad, estemos unos mequetrefes pretendiendo querer ser más papistas que el papa. Revisémonos ¡coño! Que la estamos cagando. Y como siempre dice Mario Silva:
“No va alcanzar el estadio universitario para meternos a todos en él, para luego masacrarnos”

Y que me digan y me llamen resentido porque sÍ lo soy, porque siento demasiado que unos pocos nos estén destruyendo por dentro.


CHAVEZ, es el camino

CHAVEZ, es la razón

Sin CHAVEZ, no habrá ¡Patria! Ni Revolución


cabacote@gmail.com

Nota: este artículo fue publicado en el sitio web Aporrea.org el 26/12/09

Abreu-Dudamel, o la vieja hipocresía de un «sistema»

Por: Xavier Padilla(*)

El camarada Jesús Chua Espinoza tiene razón —mucha razón— en arrecharse (ver su reciente artículo: http://www.aporrea.org/ideologia/a92329.html).

Da arrechera, para empezar, que lo primero, lo más alto, lo más excelso siempre sea, o tenga que ser, en términos culturales, lo exógeno, lo extranjero (como, por ejemplo, todo cuanto ha venido, y sigue viniendo, de Europa —en este caso la música clásica, que es en lo cual Dudamel brilla, así le gusten, como dice, otras músicas—); y que lo mejor que tengamos, en materia de talento nacional, no pueda ni en sueños aspirar —a menos que se trate de música clásica— a la misma celebridad y reconocimientos (sopesemos la escala) que obtendrá siempre, no obstante, un... Dudamel.

Dudamel: esto es, repertorio europeo, que no autóctono. Lo siento mucho: un susodicho Mambo por aquí, un Evencio Castellanos por allá, sigue siendo cosa a-popular, así queramos que se le parezca. Lo autóctono —lo popular de todas partes— tiene sus propios instrumentos y técnicas. Sus mañas musicales. De difícil y, lo que es más importante aun, de INÚTIL sustitución.

La «música popular» es el conjunto de músicas que llamamos así por no tener, simplemente, otra forma de referirnos a lo que NO es «música clásica», o «música culta».

(Uno se pregunta si habrá quedado un huequito por dónde respirar en la cultura occidental, si habrá una forma de no ser aun más incultos: hasta señalando la obvia exclusión implícita en el presunto valor superior de la cultura culta uno se auto-excluye, pasa frente a los "conocedores" por más tarado aun. Pero cómo hacer para no ganarse el sombrerito de asno, si no podemos evitar preguntarnos por qué «lo mejor» siempre se lo tiene que llevar el primer mundo, o tiene que prestarle sus servicios al Imperio.)

¿La Filarmónica de Los Angeles? La ciudad de Los Angeles no es sólo un lugar con muchos latinos. Es también, y sobre todo, Hollywood... Esto es, el imperio de la alienación cultural del mundo. ¿Y gracias a qué —permítasenos preguntar— la mítica ciudad atrae siempre para sí todo «lo bueno», todo «lo mejor»? ¿Será gracias a otra cosa que a su poder para... capitalizarlo?

Dudamel, por su enorme talento, tiene que pasar por ahí, no?

—¿Perdón?— ¿De verdad tiene que hacerlo?

Me dirán... que se lo merece.

—¿Perdón?— "¿Que se lo merece?"

¿Quién se lo merece, el primer mundo? ¿O ambos...?

Ambos. El uno al otro. Pues parece que la oferta, en este mundo que conocemos, es en sí misma ecléctica: para ambos muy buena...Similia Similibus (= "lo similar se cura con lo semejante").

Los Angeles es Hollywood. El Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles venezolano es único en el mundo. Luego: ¿cómo no iba a estar representado allá?

Resta a saber si el mismo «sistema» habla tan bien del Gobierno Bolivariano como suele hacerlo de sí mismo expresamente en todos lados. Hasta donde sé, todos los premios, ovaciones y demás reconocimientos que colecciona por el mundo dicho «sistema» van seguidos, ceremonialmente, de unas palabras de agradecimiento que versan invariablemente sobre la inclusión social de los niños pobres en Venezuela, pero la palabra maldita, «Chávez», vaya qué poco se oye en esos discursos...

Qué bien se guardan Dudamel y Abreu de pronunciarla. Nisiquiera mencionan "Gobierno Bolivariano", inútil hacerlo —¿no es cierto que sería redundante?— tratándose de la Orquesta Simón Bolívar. Ahora bien, yo sé que el «sistema» no es obra de Chávez, que existía desde antes, pero este «sistema» sin embargo se lleva, según tengo entendido, él solito el 40% de todo el presupuesto de cultura del Gobierno Nacional. "Bolivariano..."

Y tampoco es que antes (en la IV) la inclusión fuese un lema muy sonado, muy emblemático de dicho «sistema». Recuerdo que cuando a los 18 años de edad quise estudiar contrabajo, y fui a preguntar en uno de sus centros, la respuesta fue que por mi edad era imposible, que tendría que empezar en el sexto año de dicho instrumento, y tener el quinto aprobado...

La verdad es que el «sistema», para decirlo llano, olía bastante a "ediondismo". Prohibían a los músicos integrantes de las orquestas (cuya mayoría no venía precisamente "de abajo") tocar en orquestas de salsa, "matar tigres" en la noche capitalina, "callejearse". Tenían que hacerlo escondidos. La mayoría de trombonistas y trompetistas de las orquestas de salsa de Caracas donde yo tocaba —que eran casi todas— venía de "la juvenil", o sea del «sistema», y trataban de ocultarse lo más posible tras las campanas de sus instrumentos. Y no era por ganarse el dinero de estos toques que arriesgaban ser botados por Abreu, era por las ganas de tocar otra vaina, esa misma que se oye en todas partes, en los barrios, en la calle, y que se baila desde carajito.

Y que se sigue bailando hoy. Hablando de "inclusión", los actuales músicos de la Bolívar, y de todo el «sistema», siguen que no aguantan por tocar otra vaina —sin por ello odiar a Strauss, Wagner, Chostakovitch, (vaya nobleza de nuestro talento)—. Y no sólo quieren tocar salsa, o folklore, sino jazz, rock, fusión (¡me consta!). Es decir: «MÚSICA POPULAR».

Y la pregunta entonces es, camaradas, ¿y el Poder Popular?

Muy bien, decíamos que el «sistema» viene de la "cuarta", que no es de Chávez, de la Revolución Bolivariana, muy bien... (de paso eso se ve: comenzó por "lo alto", por Europa, el Primer Mundo y su legado universal, la Música Clásica, la Música Culta, académica, y continuó por esa vía, por ese formato, hasta hoy). Entonces, ¿no tendrá la "quinta" que dar a luz el suyo propio, uno basado en una cultura no menos universal, no menos rica, como lo es la popular?

Claro que sí, un nuevo «sistema», autónomo en relación al actual —en todos los sentidos— está en camino y nacerá.


(*)Músico venezolano residenciado en Francia

xavierpad@gmail.com

www.reverbnation.com/xavierpadilla

Nota: este artículo fue publicado en el sitio web Aporrea.org el 27/12/09

Coplas para Abreu y Dudamel

Por: Freddy Argimiro Gutiérrez

El Presidente Chávez se reunió con José Antonio Abreu y con Gustavo Dudamel en el Palacio de Miraflores. Creo que este es el momento adecuado para difundir las coplas que le hice al "Maestro" y a su "Discípulo".

La Cultura Popular
tiene amigos a montones
pero la plata es pa’ Abreu
el rey de los camaleones

La Cultura Popular
tiene amigos a granel
pero todo el presupuesto
se lo dan a Dudamel

La Cultura Popular
vive escuchando discursos
mientras Dudamel y Abreu
acaparan los recursos

La Cultura Popular
es del pueblo el timonel
pero quieren reemplazarla
por Abreu y Dudamel

La Cultura Popular
de Altagracia hasta El Tocuyo
va anunciando que el Sistema
huele a guiso y a chanchullo

La Cultura Popular
ya se está poniendo arrecha
porque lo que le ofrecieron
lo agarró la ultraderecha

La Cultura Popular
es vistosa como un óleo
pero Abreu no le deja
ni una gota de petróleo

La Cultura Popular
muchas veces duerme mal
porque no le dan trabajo
ni seguridad social

La Cultura Popular
debe armar una querella
pa’ que José Antonio Abreu
no le quite lo que es de ella

La Cultura Popular
con su arepa y su cabestro
le cantó el tercer strike
a ese que llaman Maestro

La Cultura Popular
que es rebelde como Alí
ya le dijo a Dudamel
yo te aviso chirulí

La Cultura Popular
resplandece en los refranes
pero quieren secuestrarla
en un nido de alacranes

La Cultura Popular
carga su Constitución
pero el artículo cien
se quedó en pura ilusión

La Cultura Popular
supo que la Ley Resorte
jovencita y moribunda
fue a buscar su pasaporte

La Cultura Popular
con humor de querequerre
se pregunta día a día
qué pasó con cada erre

La Cultura Popular
tiene que echarle cojones
pa’ que no sigan jodiendo
los zorros y camaleones

freddyargimiro@hotmail.com

Nota: este artículo fue publicado en el sitio web Aporrea.org el 22/02/10

Na guará e guaro… Gustavo Dudamel: Imagen corporativa de Rolex

Por: Marcos L. Meléndez

Ya se veía venir, mucha difusión por prensa, mucho Grammy para su mentor el economista José A. Abreu (tómese en cuenta que ese premio lo controlan los Stephan y una mafia de Miami) y en las carátulas de los discos de la orquesta donde el Gobierno Revolucionario invierte tanto dinero, ya no aparecen los “niños de escasos recursos” que tocan en ella, sino Gustavo con la batuta en poses cada vez más parecidas a las de un sex simbol que de un máster conductor. Demasiadas leyendas místicas alrededor del muchacho, por allí salió un artículo diciendo que el joven dirigió con una batuta que perteneció a Berstein y que se partió en plena ejecución “por la fuerza que el artista le imprimió a la dirección”. Si eso le pasa a un bolsa que está presentando tesis de grado en el Instituto de Estudios Musicales (IUDEM) para graduarse de director de orquesta, seguro le dicen que la batuta se partió por falta de economía de movimiento en la técnica gestual y no lo dejan graduarse.

La historia se repite, nuevamente los artistas son sacados de contexto y sublimados para que no se expresen desde la realidad sino desde la abstracción, nuevamente se les presenta no como trabajadores sino como elegidos a los que debemos imitar en sus hábitos de consumo, pues ahora todo el recurso técnico, humano y económico que se ha invertido en construir una imagen del movimiento de orquestas –que ya existía pero que se internacionalizó como nunca durante estos diez años de revolución- y de Gustavo Dudamel, no se usan para proyectar el ministerio del turismo, el ALBA o el socialismo como un modelo que humaniza a través del arte, eso no, ahora el saldo político de esa proyección lo va a utilizar la empresa Rolex, uno de los mayores exponentes del modelo de vida y consumo que conocemos como “el sueño americano”. Claro, nuestra clase media profesional seguro argumentará que Dudamel y Abreu son artistas y por lo tanto son “neutrales políticamente”, esa mil veces maldita neutralidad que nos siembran en las escuelas de arte y que impide hablar del socialismo y de la Revolución Bolivariana en los escenarios internacionales donde este músico nos representa, pero si le permite ser imagen corporativa de Rolex que representa el american dreams que los gringos nos imponen a través del entramado publicitario, esa neutralidad que le permite al Maestro y Economista Abreu ser Ministro de Cultura y presidente del CONAC al mismo tiempo en las postrimerías de la cuarta república y administrar el presupuesto de una Fundación de Estado en la quinta sin ningún tipo de problemas. La misma neutralidad que permite a un grupo de venezolanos disfrutar de las becas Mariscal de Ayacucho, del programa Venezuela Móvil, de ampararse en la eliminación de la cuota balón o en el INDEPABIS cuando los joden al comprar casa o un Blackberry, pero usan los carros comprados con subsidio para caravanear contra el comandante, las becas para formarse y luego servir a la empresa privada o el Blackberry para mandar mensajes hablando paja del gobierno, esa misma neutralidad que hace que las orquestas tengan todo el legado sinfónico nacionalista de Sojo, de la revolucionaria Modesta Bor, de Castellanos o de Inocente Carreño durmiendo el sueño de los justos en los archivos y le dan fuerza a Berstein a Mozart a Tchaikovsky (y todo lo que termine en ovsky para no hacerlo más largo) dejando la música venezolana como “bis” en los conciertos pero limitándose al repertorio de Simón Díaz o Aldemaro Romero, dos grandes artistas pero que no son nada neutrales, sino escuálidos consagrados.

Y ojo, aquí el problema no es la Rolex, el problema ni siquiera es Gustavo, el problema son los que están detrás de Rolex o de la explotación de la imagen de Gustavo junto al modelo económico que los mueve. El problema es un niño becado en una de esas orquestas soñando con Tchostakovich y con joder a sus compañeros de atril para surgir él como imagen de algún perfume o reloj caro mientras estudia música centro europea, pero más grave aún es que ningún músico abra la boca para decir nada, por temor a que lo llamen envidioso o por temor a meterse en problemas con “El maestro”. Yo creo que hacer esta crítica no va en detrimento de los méritos que Abreu o Gustavo puedan tener, pero es una reflexión digna de un debate serio entre los artistas para no limitarnos a mirar y a decir… Na guará.

marcosleonardove@yahoo.com

Nota: este artículo fue publicado en el sitio web Aporrea.org el 18/11/09

San José Antonio Abreu: Maestro de la Codicia, Enemigo de la Diversidad y Patrono del Absolutismo Musical

Por: Freddy Argimiro Gutiérrez

José Antonio Abreu dijo:

"La pobreza reduce a cero a un ser humano, es una condena a cadena perpetua".

"El sistema rompe el círculo vicioso porque el niño con un violín comienza a ser espiritualmente rico: el disco que escucha, el libro que lee, ve palabras en alemán, la música le abre las puertas del conocimiento intelectual y ahí comienza todo”.

"Cuando tiene tres años de educación musical, toca Mozart, Haydn, ve una ópera: ese niño ya no acepta su pobreza, aspira a salir de ella y termina venciéndola”.

Fuente: TeleSur, 16-11-07

Yo me pregunto y les pregunto a ustedes apreciados lectores:

¿Dónde viven esos niños pobres de los que habla José Antonio Abreu?

¿Qué géneros musicales les gustan a esos niños?

¿Qué música tocan en las comunidades donde esos niños viven?

¿Qué asuntos les resultan sensibles a esos niños?

¿Sólo a través del Sistema Nacional de Orquestas se puede romper el círculo vicioso de la pobreza?

¿Sólo Mozart, Haydn y la ópera garantizan la derrota de la exclusión?

¿Sólo a través de un violín puede comenzar un niño a ser espiritualmente rico?

Si Simón Díaz y Oscar D’ León hubiesen “superado la pobreza” con la “ayuda” de Abreu, hoy en día nadie conocería la tonada y nadie creería que se puede tocar el bajo, cantar y bailar al mismo tiempo. Francisco Pacheco y Alí Primera también tuvieron la dicha de no contar con el “apoyo” del Sistema Nacional de Orquestas para “vencer la pobreza”. ¿Quién puede imaginarse a Venezuela sin la voz de Pacheco y sin las canciones de Alí?

Viví mi niñez y mi adolescencia en una época en la que José Antonio Abreu no había monopolizado aún los recursos y los espacios musicales de Venezuela, gracias a eso pude ser testigo de una agradable explosión de Diversidad Musical. Hoy en día el objetivo de las políticas culturales es simple, excluyente y vergonzoso: FABRICAR “DUDAMELES” EN SERIE (¡que panorama tan perfectamente aburrido!, ¡que expectativas tan excelentemente incoloras!, ¡que sapiencia tan monótona!).

Supongo que el próximo paso del “Maestro de la Codicia” será intentar imponer su Sistema en toda Latinoamérica. Ojalá no se le ocurra proponer nada en Cuba ni en Brasil pues perdería su tiempo; esos países hermanos no negocian su IDENTIDAD MUSICAL y saben muy bien que la “superación de la pobreza” y la “tecnificación de los músicos” no son incompatibles con el respeto por la DIVERSIDAD MUSICAL. Además, en los Institutos Culturales de Cuba y de Brasil no se van a tragar el discursito sensiblero y demagógico de Abreu.

freddyargimiro@hotmail.com

Nota: este artículo fue publicado en el sitio web Aporrea.org el 10/02/10

A propósito de un osado y tendencioso artículo acerca de “Promocionar el turismo venezolano con la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar”

Por: Oswaldo Buenaventura

Señor Carlos Dávila Federico: ¿En qué país vive usted? ¿Sabe usted que a diario el Sistema Nacional de Orquestas a través de su departamento de Publicidad y Mercadeo logra aparecer en los medios impresos, digitales, televisivos y radiales del país y buena parte del mundo? Eso no se hace sólo con talento. Se hace con dinero. No se hace únicamente con obras populares de nuestro repertorio tocadas obligadamente (“a juro”), ante su más amplio y versátil repertorio europocéntrico.
La República Bolivariana de Venezuela goza en la actualidad, de gran simpatía en el orden político, económico y sociocultural y mucho de esa imagen positiva ha sido producto de las decisiones tomadas por el Comandante Chávez además que han sido respaldadas por el pueblo. La Orquesta Sinfónica Juvenil de Venezuela es dirigida por cada una de las almas que la integra. Al principio creía que el caso de su director era excepcional, que un genio lo habitaba y el muchacho larense no hacía otra cosa que regalarnos su don.

Pero con tanta publicidad y abusivas apariciones mediáticas, empezó a parecerme una “pop star” de esa maldita industria que nos ciega con “lucecitas montadas para escena”. Creí que era la continuación de un Luis Fonsi, una Olga Tañón, un Dady Yankee, un Don Omar, un Tito El Bambino o tantas otras basuras que pegan temas en estas geografías con la anuencia hasta de gobiernos “revolucionarios” locales y regionales. En pocas palabras, el hecho que salga todos los días en prensa, radio, internet y televisión no significa que algo sea bueno, genial o imprescindible.
Para su información, el nombre de Venezuela es noticia desde 1998 cuando Chávez asumió las riendas de éste país, no desde la fundación del Sistema Nacional de Orquestas hace treinta años, ni de su resurrección con la Misión Música mediante aportes de más de 30 millones de dólares (multiplíquelos por dólar legal o negro).

Lo que usted llama “la positiva cobertura mediática” pudiera ser también, palangre o “payola”. Desde antes del joven director, esta nación poseía “un extraordinario talento rítmico” y le diré para su asombro, que ya era Venezuela una potencia mundial de la música sin precedente histórico con la labor de divulgación que hizo el maestro Alírio Díaz con obras de Antonio Lauro, Raúl Borges, Manuel Enrique Pérez Díaz, Rodrigo Riera y muchos otros. ¿Sabe usted quiénes son José Ángel Lamas, Vicente Emilio Sojo, Evencio Castellanos, Eduardo Serrano o Antonio Estévez?

Y es verdad lo que usted dice: “en los próximos años a más de un millón de niños y niñas en el referido programa” se les enseñará a tocar instrumentos musicales de orquestas concebidas desde la praxis europocéntrica. Lo de las bellas artes podemos discutirlo hartamente. Esa diferenciación clasista sobrevino por la percepción de élites culturales respecto a lo que crean los cultores, según su estatus socieconómico. Para dar a conocer a Venezuela con sus grandes paisajes o escenarios naturales lo que menos se precisa por ser tan ajeno a ellos es una Orquesta Sinfónica.

Traté de imaginarme los horrendos “afiches promocionales con la colorida y nutrida Orquesta Sinfónica Simón Bolívar con sus instrumentos, y al fondo los imponentes Tepuys de la Gran Sabana, Playa Medina, Los Andes, un atardecer en el Llano, los Médanos, por nombrar algunos posibles motivos” y me pareció un exabrupto. En los tepuyes deben aparecer los Pemones, en Playa Medina, los habitantes y pescadores del sector, en Los Andes un imponente Juan Félix Sánchez o el inventor Luis Zambrano; en los llanos “El Carrao de Palmarito”, Luis Lozada “El Cubiro” o Anselmo López, en Los Médanos de Coro, un grandioso Alí Primera o a Rafael Sánchez López. Yo no sé usted, pero esos son los que veo yo allí, no sé, por trascendencia, por verdaderos, por ser cada uno de los lugares a los que se refiere, por no habérseles reconocido justamente su legado. ¿No le parece?

Mire, ver “posters desplegados en las estaciones del metro de Caracas, de Buenos Aires, de Río de Janeiro, de Nueva York, de Londres, de Berlín, de Madrid, de Paris, de Tokio, etc … daría escalofrío emocional a cualquiera”, sobre todo a quien sepa cuánto cuestan esas publicidades en el exterior. Aquí hay problemas domésticos aún por atender estructuralmente y no con publicidad como usted lo sugiere, se resuelven. ¿Es usted un agente publicitario o empresa de “asesoría comunicacional”? ¿Hace plotters, vallas o cuñas para TV? ¿O es el “web master SNO” de rebotadores de sugerencias?

Ese músculo promocional que ofrece la Orquesta Sinfónica Juvenil Simón Bolívar, es sólo eso, un músculo. No es el organismo cultural y entero de la patria. Las revistas norteamericanas acostumbran nombrar personas con tales o cuales títulos como la “Billboard”, “People” o la “Time”; ponen artistuchos a sonar, a ser conocidos, así como la “Forbes” retrata y promueve a los ricos para presumir de sus millones de dólares.
¿Usted cree que eso es gratis señor Carlos? Cuando alguien es denominado como personaje “más influyente del planeta” … ¿Qué entiende usted por eso? ¿Sobre qué realidades, personas, gente, grupos, influye el “personaje”? Recuerdo que en el 2008 en Colombia, Juanes fue “El personaje del año”. El mismo que promovió un burdo concierto de papanatas de la música denominado “Paz sin fronteras” entre Táchira y Cúcuta. Venezuela es el país que posee una paz estable en comparación con Colombia. Por Dios: ¿Qué le pasa a usted y a un bojote de obnubilados por la mente ante una estafa sistemática que encumbra “personajes” y obvia al todo y a todos, incluyendo a otros directores de esa orquesta y muchos de sus virtuosos instrumentistas?

¿Cuándo usted ha visto a virtuosos del Cuatro Venezolano como Jorge Glen, Gustavo Colina, Luis Pino, Leonardo Lozano o “Cheo” Hurtado tocando allí? ¿Cuándo vería usted a Cruz Tenepe o a Ignacio “El Indio” Figueredo agarrando el arpa de esa orquesta? ¿O a un Ernesto Laya o un Wilmer Montilla agitando las maracas allí? Ni hablar de los tambores de Olga Camacho y su Camachera; de Isidora con su calipso, del violín tradicional de Los Andes; de la mandolina pueblerina de “Chico” Lugo en Falcón, de los chimbángles de Juan de Dios Martínez o de la charrasca y los furros de la gaita zuliana. Y en Caracas un Alfredo Sadel coño… La salsa no porque la cosa se arregla con un “mambo”.
¿Usted le sugiere al Ministerio del Poder Popular para el Turismo y la Cultura que execren a Luis Mariano Rivera, a María Rodríguez, a Hernán Marín, a Otilio Galíndez, a Armando Molero, a Lilia Vera, a Cecilia Todd, a Gualberto Ibarreto, a Francisco Pacheco, a Yolanda Delgado, a Amaranta Pérez, a José Montecano, a Israel Colina, a Amílcar Briceño, a Moisés Torrealba, a Miguel Ordóñez, a Miguel Matos, a Mervin Rodríguez, a Marcos Molina, a la “Muchachera”, a José Alejandro Delgado y muchos otros, verdaderos artistas populares y virtuosos para que una orquesta represente al país como si en Venezuela no estuviera pasando otra cosa? Usted y unos cuantos están errados señor Carlos. Sólo que éstos no tienen el apoyo de un mánager con trayectoria institucional que haya cerrado escuelas e institutos y que toque limpiamente el clavecín.
Sus premisas son lugares comunes. El himno nacional que suena todos los días en Tves donde la Orquesta Sinfónica Juvenil es dirigida por el Herbert Von Karajan criollo, puede servirle para soñar esa sarta de boberías que no parecen salidas del alma de un revolucionario sino de un torpe escuálido. No se deje embrujar por tanto parapeto oxigenado. Si a usted por mover una batuta, especulemos, le pagaran 20 mil dólares mensuales, quizá lo entendería. Bájese de esa nube de orquesta… señor. ¿O será que lo mandaron a tirar “ideas al aire”? No me extraña. Ahora van por el resto. A buscar más dinero. Los demás, no existen. No me joda señor Carlos. Diga la verdad, no premisas.

oswaldobuenaventura@gmail.com

Nota: este artículo fue publicado en el sitio web Aporrea.org el 17/05/09

A propósito de Abreu y Dudamel: Sobre Orquestas y Campañas Mediáticas

Por: Diego Silva Silva


El artículo de Buenaventura (A propósito de un osado y tendencioso artículo acerca de “Promocionar el turismo venezolano con la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar”) fue publicado en Aporrea, hicimos enlace con varias redes pero nadie, casi nadie, a excepción de la periodista y luchadora social Diana Ovalles, nadie escribió ni hizo ningún comentario.


No les parece extraño que casi a diario aparezca una noticia vinculada con El Sistema de Orquestas, Abreu, Dudamel y sus instituciones asociadas.

En aporrea aparecen con mucha frecuencia, artículos reflejando cualquier nimiedad que no nos representa culturalmente; que si Dudamel se entrevistó con fulano, con zutano, que si la orquesta tal recibió ovación en tal parte (lo cual es casi siempre exagerado), pero extrañamente, no se reflejan con tanta vehemencia otros logros culturales de Venezolanos dentro y fuera del país, en otras disciplinas del arte e inclusive, en las musicales que no están asociadas al abogado Abreu.

Los que desde hace treinta años aproximadamente estamos luchando contra ese monstruo de mil cabezas que representa el abogado J A Abreu, sabemos que ya, a estas alturas, ha comprado conciencias y hay quienes deben absolutamente todo lo que tienen a ese señor de las orquestas, bien sea directamente o a través de sus amigos en el Gobierno, si, EN EL GOBIERNO REVOLUCIONARIO.

La política cultural del estado y sus dirigentes se contradice al convertir a este sistema e instituciones asociadas, en el elemento vital de la cultura musical del país. Contradice de raíz el pensamiento de Simón Rodríguez (a quien tanto nombran).

Y es que no solo es el desconocimiento de las pruebas que las ciencias sociales pueden aportar en cuanto a los peligros que significan la magnificación y entronización de este “sistema” de orquesta e instituciones, (como única vía de esparcimiento entre los niños) sino que los funcionarios del gobierno han aprendido a sacarle provecho propagandístico en sus galas inaugurales o actos protocolares, como si presentar un Tamunangue en ese teatro, (me refiero a la reinauguración del Teatro Juárez de Barquisimeto) por ejemplo, no hubiera significado un acercamiento mas coherente con la política que pregonan.

"El niño comienza a aprender el estilo musical de su cultura en la medida en que el adquiere el lenguaje y los patrones emocionales de su gente. Este estilo es así, un importante vínculo entre un individuo y su cultura y más tarde, en la vida, retroalimenta inconscientemente al adulto toda la textura emocional del mundo en el que fue formada su personalidad…Así, desde el punto de vista de su función social, el efecto primario de la música es darle al escucha un sentimiento de seguridad, porque ella simboliza el lugar en donde nació, sus primeras satisfacciones de infancia, su experiencia religiosa, sus placeres realizados en comunidad, su courtship y su trabajo- cualquiera de todas esas experiencias de formación de la personalidad." (Alan Lomax)

Quienes hemos tratado de resemantizar (es decir, reasignándole contenidos, usos y funciones) a estas orquestas (ya las profesionales están llenas de músicos provenientes del sistema) reasignándoles contenido y acercándolas a la cultura nacional y latinoamericana, hemos sido satanizados, calumniados y hasta declarados personas "non grata".

Cuando leímos en Internet que Dudamel, según una publicación, era considerado uno de los personajes más influyente en el mundo, nos imaginábamos al joven reuniéndose con el personal de la UNESCO que investigará las atrocidades del gobierno Sionista de Israel en Gaza y las cometidas en el Líbano,, o reuniéndose con las partes enfrentadas en Sri Lanka para que la guerra no afecte la población civil, o dándole un espaldarazo a Piedad Córdoba en su proceso de Paz en Colombia, o llamando la atención de la Industrialización capitalista Internacional que destruye el hábitat, o sea, nuestra única casa, el planeta tierra, o por lo menos, haciendo un llamado de atención a la humanidad de los peligros que significan los actuales arsenales nucleares.

Pero no, se habla de él a diario insistentemente (y de Abreu) y a veces nos preguntamos si a Rigoberta Menchú a Nelson Mandela, a Patricio Lumumba, a Fidel Castro, a Chávez o a la mismísima madre Teresa de Calcuta le habrían dado ese espacio mediático.

Si esos medios internacionales que tanto atacan los intentos de auto determinación de nuestros países y la búsqueda de nuevas alternativas en el plano económico, glorifican, canonizan y hasta mitifican al abogado Abreu y sus proyectos, por algo será

¿Qué intereses representa Abreu y su pupilo Dudamel?...Si son aplaudidos con vehemencia por la derecha pro-imperialista de nuestros países y además, son glorificados y premiados en el ámbito de las potencia que más han agredido política, económica y culturalmente al planeta..¿puede eso significar algo?

Lo sucedido en el Teatro Juárez de Barquisimeto es solo una muestra de lo que sucede a nivel nacional. ¿cuál es el costo de las giras de estas agrupaciones orquestales? ¿Realmente tocar Mahler, Mozart, Beethoven, nos representa como nación ante el mundo?.

Lo que sabemos es que en sus repertorios manejan ciertos aires populares venezolanos a manera de “Bis” o rellenos, con los que hacen un espectáculo un tanto deplorable. Una tesis de grado en la UCV puede aproximar a los venezolanos en relación al repertorio que usualmente manejan las orquestas.

Venezuela, a través del Sistema de Orquesta, está sirviendo además de puente para perpetuar los valores de la dependencia cultural en los países en donde se está exportando el sistema.

Así, veremos a los niños de los países andinos abandonando sus quenas, zampoñas, pingullos, charangos y exquisitas líneas pentatónicas ancestrales, para tocar Mozart y Vivaldi, tal como lo intentaron (y siguen intentando) el abogado Abreu y aquel lunático dizque ministro de la Inteligencia “Machado” aquí en Venezuela, con los niños de la etnia Pemón hace unos años ante el silencio de los más destacados “intelectuales venezolanos” con muy pocas excepciones.

En vez de importar cuatros de puerto rico, tres cubanos, quenas, charangos, zampoñas, tiples, guitarrones mexicanos, jaranas o incentivar la construcción de cuatros, arpas bandolas y otros instrumentos venezolanos, se invierten los dineros del estado importando costosísimos instrumentos de origen centroeuropeo.

Si, al parecer el abogado Abreu y sus proyectos son intocables, podemos leer como en el mismísimo aporrea hasta le faltan el respeto al presidente y lo calumnian, pero no se puede criticar ni denunciar las atrocidades del abogado Abreu.

Ahora, el sistema pasará a formar parte también de los proyectos comunitarios, o sea, de los consejos comunales.

Imagínense entonces dentro de unos años a unos concejos comunales haciendo protestas, no porque no tienen agua, luz, o vigilancia policial, o porque las misiones no están cumpliendo su papel, o porque un módulo de barrio adentro no tenga implementos para la sanación..Nooo, las protestas serán porque le faltan dos cornos franceses a la dotación de tal consejo comunal, o el otro que no tiene fagote, o aquel que no tiene dinero para comprar las cuerdas de los violines, o uno que se le dañó el arpa (la clásica) y la nueva cuesta lo mismo que hacerles una cancha de Basket Ball o el equivalente a financiar diez grupos de música tradicional venezolana con unas veinte personas cada uno.

Finalmente, el desconocimiento de la diversidad, que muchos funcionarios públicos pregonan, los ha llevado a afirmar que quienes hacemos estas críticas estamos en contra de ciertos valores heredados a través de la colonia y la dependencia cultural, y que somos enemigos de la llamada Cultura Universal (categoría que está superada y debate que no quieren aceptar).

Los valores musicales nos son absolutos. Son productos culturales y gozan de autoridad sólo dentro de una cultura dada. Como arte social (o potencialmente social), la música necesita un consenso comunitario para establecer un sistema de valores, pero dentro de semejante comunidad de valores compartidos debería ser posible obtener una verificación objetiva de la validez de un producto musical dado. (Lewis Rowell 1996. pag 18. Introducción a la Filosofía de la música)

Se impone así una especie de terrorismo institucional destinado a sofocar o desaparecer cualquier crítica o inconformidad ante este Sistema.

Cuando en realidad lo que proponemos es que esta obligada heredad, que a veces es tan sublime y revolucionaria (como Beethoven o Stravinsky, como Dvorak o Brahms), nos acompañe en nuestro crecimiento, pero que no obstaculice nuestro desarrollo, dicho de otro modo, NO PODEMOS INVERTIR MAS RECURSOS Y TIEMPO EN EL TRIBUTO A LOS VALORES HEREDADOS QUE A LOS QUE SURGEN DE NUESTRA PROPIA REALIDAD EN TRANSFORMACION.

Diego Silva Silva

Compositor. Premio Nacional de Composición

Premio Latinoamericano de Composición “Casa de las Américas”

Nota: este artículo fue publicado en el sitio web Aporrea.org el 08/06/09

Diccionario de términos socio-culturales para comprender las ideas de José Antonio Abreu y sus “amigos”

Por: Freddy Argimiro Gutiérrez:

• Libertad de Expresión: derecho que tiene el Sistema Nacional de Orquestas para reseñar diariamente, a través de los medios de comunicación, las actividades de diversa índole que realizan Gustavo Dudamel y José Antonio Abreu.

• Igualdad: situación social según la cual todos los venezolanos tienen las mismas oportunidades de ingresar en el Sistema Nacional de Orquestas.

• Justicia Social: compromiso del Estado para compensar las desigualdades económicas que existen entre los diferentes núcleos del Sistema Nacional de Orquestas.

• Inclusión Social: acto y efecto de desarraigar musicalmente a los venezolanos para luego “incluirlos” en el Sistema Nacional de Orquestas.

• Inversión Social: uso de los recursos financieros del Estado con el fin de promover el desarrollo del Sistema Nacional de Orquestas.

• Diversidad Cultural: variedad de obras musicales interpretadas por las Orquestas del Sistema.

• Pobreza: estado de ignorancia, indiferencia y escasez material que se produce en la gente humilde por su falta de contacto con el Sistema Nacional de Orquestas.

• Marginalidad: estado de involución cultural autodestructivo y contagioso propio de los seguidores de las músicas tradicionales y populares.

• Secreto de Estado: información relacionada con la cantidad de recursos económicos que recibe el Sistema Nacional de Orquestas.

• Envidioso: persona que no está de acuerdo con que le otorguen al Sistema Nacional de Orquestas todos los recursos destinados para las artes musicales.

• Extremista: persona que exige la aplicación de los artículos 98, 99, 100 y 101 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

• Terrorista: persona que exige la aplicación de la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión.

• Pena de muerte financiera: castigo aplicado a los músicos que no forman parte del Sistema Nacional de Orquestas.

freddyargimiro@hotmail.com

Nota: este artículo fue publicado en el sitio web Aporrea.org el 25/01/10

La misión música debería tomar en cuenta nuestras coloridas culturas

Por: Leo Vargas

Bueno, luego de saludarles a todos, en éste caso me atrevo a dar mi humilde opinión porque, desde mi corazón embargado y enamorado por nuestras culturas, privilegio del ejercicio profesional en ellas, desde ésta, la infinita música, me motivo a decir algunas cosas que corren por mis venas y creo necesario tomar en cuenta para éste debate.

Para comenzar la idea, la música "Clásica", desde el punto de vista semántico, ya tiene un sentido de dominación implícito; y no quisiera que se malentendiera mi crítica como un intento de descalificación a la belleza o maestría que sus obras puedan tener. Refiero esto porque, en su historia no hubo tal "Período Clásico", como muchos suponen, ya que ésta etapa histórica de las “Bellas Artes” –aún no sé cuáles serían las “Feas Artes”-, la Iglesia Europea no registró la creación de obras musicales; decretando así que la obra de algunos autores de música SINFÓNICA -Haydn, Mozart y Beethoven- era la idónea en base al perfeccionismo y elevación a Dios para ser "Clásica" durante el pasar de las generaciones. Los demás autores y culturas que se expresarían a través de sus músicas no serían incluidos en ésta "Casta Creativa".

Luego de esto, es importante mencionar que, obviando la decadencia y mediocridad del Reggaetón y sus anti-valores, fue al igual que éste un arma de dominación cultural por parte del "Imperio de Turno", junto con la doctrina religiosa de una Cruz contradictoria del pensamiento de Cristo y las aberraciones de la Inquisición. Millones en nuestro continente fueron masacrados en la vil colonización de nuestra América por defender sus tierras y sus culturas, dentro de las que expresaban la idiosincrasia de sus sentires, sus Dioses, sus formas y estéticas, MUSICALES y no musicales, y sobretodo, su dignidad; entre otros factores no menos importantes.

Ahora en la actualidad, mi persona, luego de haber pertenecido a éste Sistema de Orquestas Juveniles en mi niñez, puedo hablar con propiedad del menosprecio y discriminación hacia nuestras formas musicales folklóricas y originarias que se cultiva en la formación de nuestros jóvenes talentos, quienes además se destacan por mérito propio a pesar de éste lento y caduco sistema de enseñanza. Esto obedeciendo a la pobre autoestima de la élite eurocentrista venezolana, y la línea ideológica doctrinaria del "Puntofijismo Cuarto-Republicano" que busca el desarraigo del pueblo hacia nuestras estéticas y acervo cultural para su alienación y fácil manipulación; logrando así la pérdida de ésa mística con la que las culturas envuelven a sus pueblos en la defensa de su soberanía; elemental objetivo del Imperio Norteamericano sediento de nuestra geografía y sus recursos. En aquel entonces, los que regían al Conac, el Ministerio de Educación y el de Comunicaciones eran los lacayos encargados de la fundamental tarea, ya que la cultura, como eje transversal, forma los criterios con los que luego se abordarían la gestión social, la economía, la ciencia, y todos los demás rubros de la sociedad que determinarían en rumbo del país. Así entonces, saldría al escenario el exitoso gerente y músico José Antonio Abreu -y no lo digo con ironía- quien como predilecto Presidente del Conac de los gobiernos Cuarto-Republicanos, erige el Sistema de Orquestas Juveniles como bastión cultural y gran negocio, teniendo la justificación administrativa para manipular así enormes cantidades de dinero del fisco nacional.

Pues claro, es una fácil tarea sacar música de un pueblo tan talentoso y musical como el nuestro, sólo que partiendo de una cultura que no refleja ni identifica nuestra idiosincrasia. El sabor, la religión y la fuerza afro-descendiente, la magia y la adoración de los dioses de la naturaleza indígena debían ser borrados de la historia, los oídos y los corazones de los venezolanos, ya que fueron y siempre serán referencia de la resistencia de los pueblos dominados. La estética de la “Finura” como superior debía imponerse sobre los hermosos rasgos gruesos de nuestros ancestros africanos; y se comenzaba a oír “eso está FINO!” como expresión de aprobación en moda. Sólo habría cabida en la estrategia "nacionalista" y punto-fijista del 1X1 de Luís Herrera para la música llanera, representación de la sangre blanca de nuestro pueblo y sus orígenes españoles, además descontextualizándola de la innegable influencia de los Moros y la sonoridad arabesca de sus escalas. Sin embargo faltaba algo para canalizar la intuitiva querencia del venezolano hacia sus raíces, asilándolo así dentro de ésta fachada "nacionalista". Habría que limpiar la tierra de sus pies y manos "estilizando" la fuerza del recio bordoneo y el zapatea´o de nuestro joropo en alpargatas y pantalón arremanga´o. Es entonces cuando nacen las famosas "Danzas Nacionalistas" y el "Arpa Estilizada", porque según la ideología Cuarta-republicana, éramos "demasiado tierrúos" para presentarnos así frente a los escenarios de quienes nos dominaban.

Aquí y ahora, como nueva avanzada de ésta quinta columna -llamada así evitando la etiqueta de derecha endógena- para intentar desviar los objetivos fundamentales de la revolución, sus "Vacas Sagradas" presionan y logran la aprobación de una Misión Música enfocada en sus intereses, valiéndose de un punto sensible como lo es la carencia en el nivel de oportunidades de nuestros talentos dentro de las barriadas, realidad lamentable que los aleja de sus vocaciones y ha acercado a muchos a las drogas y la delincuencia, paradójicamente producto del sistema capitalista que éstos mismos lacayos defienden con su bombardeo de alienación y anti-valores, desequilibrio en la distribución de los recursos y no-socialización de los medios de producción. Teniendo esto claro, se supone que uno de los bastiones fundamentales de la revolución es la defensa de la soberanía, y humildemente creo que, por el contrario, debería entonces acercarnos a reivindicar para así desarrollar los valores ancestrales de nuestra idiosincrasia, culturas originarias que son referencia de las luchas que hierven nuestra sangre desde el amor más profundo. Sería mucho más fructífero en coherencia con los principios del Árbol de las Tres Raíces si una plataforma como la Misión Música sembrara en nuestros barrios la semilla de la identidad evitando caer en la fachada de "nacionalismo" que ahora la derecha disfraza tocando una que otra canción venezolana conservando las mismas estéticas eurocentristas. Porque también es Música el sonido de nuestros cultores con la tierra en los pies y manos, nuestros instrumentos y nuestras maneras de tocarlos, de cantar el joropo y pasaje llanero, de conjugar el arpa y buche en el Yaguazo del Joropo Central, los sonidos de la naturaleza en los cantos indígenas, el Tamunangue y Golpe Larense, el Joropo y Estribillo oriental, sus Galerones, el Merengue Rucanea´o y las Guasas, los Valses coloridos en distintos matices a lo largo de nuestra geografía, la nostalgia de la música andina, la fuerza y la alegría de nuestras manos negras en los cueros de los pueblos zulianos y de las costas de Venezuela, en el Calipso del Callao. Debemos entonces romper el paradigma de que lo "Clásico" y lo “Culto” o “Superior” todavía sigue siendo aquella estética que nos impuso la Iglesia Europea hace más de 500 años; porque si mal no recuerdo:

"La República Bolivariana de Venezuela es el producto histórico de la confluencia de varias culturas, por ello el Estado reconoce la diversidad de sus expresiones y valora las raíces indígenas, europeas y afrodescendientes que dieron origen a nuestra Gran Nación Suramericana. Las culturas populares, las de los pueblos indígenas y de los afrodescendientes, constitutivas de la venezolanidad, GOZAN DE ATENCIÓN ESPECIAL, reconociéndose y respetándose la interculturalidad bajo el principio de igualdad de las culturas. La Ley establecerá incentivos y estímulos para las personas, instituciones y comunidades que promuevan, apoyen, desarrollen o financien planes, programas y actividades culturales en el país, así como la cultura venezolana en el exterior.

El Estado garantizará a los trabajadores y trabajadoras culturales su incorporación al sistema de seguridad social que les permita una vida digna, reconociendo las particularidades del quehacer cultural, de conformidad con la ley."

Propuesta de Reforma del Artículo 100 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Y la fuerza de la voluntad política en lo propuesto como objetivo fundamental no debe decaer, pese a las presiones y las adversidades... Tenemos un hermoso bosque de ideas socialistas que no debe ser contaminado por el capitalismo de algunos árboles, quinta columna sembrada desde los esfuerzos del Imperio.

leovargas60@hotmail.com

Nota: este artículo fue publicado en el sitio web Aporrea.org el 29/01/08

La Cultura es del pueblo; el presupuesto es de las orquestas

Por: José Roberto Duque

Se supone que cuando un pueblo entra en Revolución todo comienza a ser cuestionado, reinterpretado, reinventado y, si se salva de la liquidación por sus méritos y valores genuinos, refundado. Todo lo que aspira a mantenerse en pie (instituciones, figuras públicas, dinámicas de trabajo y vida, etcétera) debe pasar por una especie de filtro social llamado relegitimación. Se supone también que, llegado el momento de relegitimarlo todo, o al menos de ponerlo todo bajo cuestionamiento, la primera entidad que debe someterse a ese análisis del ojo del pueblo es esa que llamamos cultura. Si lo cultural y lo económico permanecen inalterables ya va siendo hora de cuestionar también el nombre que se le ha dado al proceso: ¿es revolucionaria la indulgencia con que se ha tratado el tema Cultura en estos años?.

Sin necesidad de forzarse a responder en estos pocos párrafos a esa pregunta, resulta al menos sospechosa la forma en que se ha querido mantener un sistema de privilegios que se traduce en una afrenta inverosímil al pueblo hacedor de cultura. Sin ir más lejos en esta introducción, es preciso detenerse a pensar (por ahora sólo a pensarlo) por qué el Estado invierte tantos millardos de bolívares en el mantenimiento de un sistema denominado orquestas sinfónicas y organizaciones afines, difusoras de la música académica, aporte de la cultura europea. Nuestros respetos y admiración a Brahms, Mozart, Beethoven y al espíritu universal que engendró la música de estos genios, pero si quedamos en que estamos en una revolución que ha de darle su justo valor a la creación del pueblo, a la herencia social de nuestros creadores de la tierra profunda, ¿por qué los cultores de los tambores de Curiepe tienen que desayunarse un tornillo, mientras las orquestas reproductoras de una música que no es nuestra ni de esta época (es decir, absolutamente extraña a nosotros como pueblo) reciben una cantidad de dinero que ya quisieran para sí el sistema de salud, el sector vivienda o los niños de la calle?.

No hemos traído por los pelos la reflexión ni está suspendida en el aire. Hay cifras concretas que desenmascaran esta verdad insólita. Aquí van varias, junto con otros datos de interés.

“El Maestro Abreu” sigue siendo llamado El Maestro Abreu, y lo que molesta no es el título sino que el tipo lo ejerce en forma de poder absoluto: “sus” orquestas sinfónicas (regalo de las administraciones Caldera y CAP en las que fue ministro y presidente del CONAC) son intocables.

El año pasado, “sus” orquestas (FESNOJIV) recibieron del Estado 48 millardos de bolívares. Poca cosa para orquestas tan prestigiosas, diría cualquiera. El problema es que el CONAC le otorgó ese mismo año, a más de dos mil quinientas agrupaciones artísticas y culturales (teatro, danza, música popular, etc.), la suma de 47 millardos.

No es el Estado la única fuente de ingresos del andamiaje orquestal del "Maestro". FESNOJIV es un proyecto financiado por… Hay que decirlo: por el Ministerio de Salud y Desarrollo Social. Ustedes saben: la música, el desarrollo, la salud. Elementos afines entre sí.

Preciso es dejar de lado por un momento a las orquestas de “El Maestro”, no vaya a ser que se piense que es algo personal contra él. También sucede que el Estado, a través de otras vías, les asigna recursos a otras orquestas y agrupaciones de ese género, y la sumatoria, según ciertos documentos públicos que ya son objeto de la curiosidad de unos cuantos, anda muy por encima de los 100 millardos. Sólo la Filarmónica Nacional, la Sinfónica Venezuela y la Sinfónica Municipal, por mencionar tres de las cinco fundaciones orquestales que funcionan en Caracas (y del montón que hay en el país) sumán 20 millardos de presupuesto otorgado por diversas entidades estatales.

En 1997, el BID aprobó 8 millones de dólares para las orquestas juveniles en Venezuela. El año pasado BANESCO decidió otorgar 3 millardos para la dotación del sistema de "El Maestro". Los ejemplos podrían seguir.
A todas estas, para cumplir con el requisito de que la cultura debe ser “para el pueblo”, las orquestas del “Maestro” dan conciertos gratis.

Y ¿será que el pueblo necesita que le muestren “gratismente” una forma de cultura casi vacía de contenido para nosotros, gracias a las inversiones multimillonarias a favor de un “Maestro” y un “Sistema” que se llevan en los cachos más de la mitad del presupuesto para la Cultura de este país?.

Nota: este artículo fue publicado en el sitio web Aporrea.org el 22/08/09