Premio al alumno obediente y neo-colonizado

Por: José Gregorio Bracho Reyes*

“El maestro José Antonio Abreu fue galardonado con el Premio Erasmus de Ámsterdam por su contribución a la cultura europea a través del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, convirtiéndose así en el segundo latinoamericano en obtener este galardón, después del director de orquesta argentino Mauricio Kagel, quien lo recibió en 1998…”

Panorama, 07 de octubre de 2010

Y suponen que nosotros deberíamos sentirnos orgullosos, porque seguimos “a pie juntillas” las instrucciones que nos han venido dictando a través de las lecciones que forman parte de una educación “eurocentrista” y “endoracista”, de viejísima data, que lamentablemente aún impera en buena parte de nuestro modelo educativo (por lo menos en la FESNOJIV).

Que pena! La mayor parte de los presupuestos del Ministerio del Poder Popular para la Cultura van destinados a promover y difundir los valores de la Cultura Europea. Los europeos sí que lo tienen claro: premian a quien trabaja por la proyección de su cultura, al alumno obediente y neocolonizado!

A mi me parece que esta es otra de las tantas contradicciones históricas que nos han caracterizado. Como aquella de fundar una Gran Nación (loable proyecto que hoy más que nunca debemos tratar de consolidar)pero que “se llamaría Colombia como un tributo de justicia y gratitud al creador de nuestro hemisferio”, es decir, en honor al impresentable de Cristóbal Colón.

Vayamos por partes.

El modelo pedagógico de Abreu y la Fesnojiv (está comprobado) es anticuado, ultra conservador, dictatorial, además de tener como paradigma la historia de la música académica centro-europea. Ni siquiera de toda Europa, porque nunca se le ha echado ni siquiera una ojeada a la música de los gitanos o a la de los pueblos de los Balcanes o a la de Turquía, por poner algunos ejemplos de la diversidad que impera en todo ese basto continente. O sea que Abreu representa lo que criticó en profundidad Don Luis Antonio Bigott en su obra “El educador neocolonizado”.

Los alumnos de la FESNOJIV y sus madres (y esto se puede constatar viendo entrevistas y alguno que otro documental que los aduladores acríticos le han dedicado al “Maestro”) dicen estar orgullosos de haber “dejado de escuchar la música del barrio (la salsa, por ejemplo), porque ahora centran su atención en Beethoven y en Mozart”. Todo lo cual revela la tendencia e intención de desclasar y alienar a los chicos que entran en las aulas de las orquestas juveniles.

Claro está, ahora “de cara a la galería”, para la representación escenográfica (y ésta es una novedad aportada por la “Era Dudamel”) para los bises, se incluye en el repertorio, con la intención de dar un toque simpático-cómico, alguna pieza de Pérez Prado, como el “Mambo Número 5” o algo similar. Pero eso sí, a manera de Divertimento. Cuando se ponen serios, pues interpretan a Tchaikovsky, Brahms o a cualquiera de los dioses de la música de la Vieja Europa.

Por otra parte muchos nos hacemos una pregunta: Cuantos creadores o compositores ha generado la FESNOJIV en más de tres décadas? Y la respuesta es ninguno, porque como lo denunció, con gran acierto, un viejo conocido, en un artículo de la revista Question: “…el modelo de Abreu refuerza la generación de loros repetidores del pasado ajeno…”

Cualquier niño que amenace con llegar a ser un verdadero creador, se verá obligado a emigrar de la orquesta. Y si no lo creen, pues pidan la opinión de uno de nuestros más destacados compositores, Juan Carlos Núñez o bien la del conocido musicólogo margariteño, Rafael Salazar.

En la FESNOJIV, se prohíbe la entrada y permanencia a “enfants terribles”.

Respecto a lo que pudiéramos llamar el Modelo Político: el de Abreu, Dudamel y la FESNOJIV es neutro. “No se mojan”. No se identifican con la propuesta de defensa activa de los derechos humanos (de los derechos del pueblo palestino, por ejemplo) característica esencial de la Política Exterior Bolivariana. Pretenden hacer “música pura”, “neutral”. Incluso, de todos son conocidos los compromisos contractuales de Dudamel con las orquestas de Tel Aviv y la de Los Ángeles. Según el difunto Mario Benedetti “los neutrales son más peligrosos que los neutrones”

Vamos a dejarlo claro, Dudamel no es Daniel Baremboim, que se compromete por la paz en Medio Oriente y junta a jóvenes músicos palestinos y hebreos en una sola orquesta, desafiando a las mentalidades obtusas, guerreristas y fundamentalistas de ambas partes.

Por otra parte, resulta interesante y curioso ver que la oposición venezolana, la derecha y sus medios, no atacan, ni se burlan del proyecto de Abreu, ni de su estrella Dudamel. Eso sucede sencillamente porque se sienten identificados, porque son la misma gente, representando la Venezuela que proyecta valores eurocéntricos. Además, ese proyecto es un proyecto nacido bajo el auspicio delos “gobiernos puntofijistas”.

No nos llamemos a engaño, si se proyecta la FESNOJIV, se proyecta como un logro pre-revolucionario. Representan los valores de la rancia aristocracia latinoamericana, los de los hijos la colonia, los del mantuanaje, es decir de esos que se sienten orgullosos de su ascendencia europea y ven en el indio o el negro sólo “incómodos compañeros de viaje”, llamados a desaparecer en una mágica fusión llamada “mestizaje”, en una coartada llamada “criollo”.

Cómo es que se puede ser (como lo es Dudamel) imagen corporativa de ROLEX y de la Revolución Bolivariana al mismo tiempo? Rolex no sólo es un reloj, es un modelo económico y de consumo, hasta donde yo tengo entendido, muy pero que muy lejano al Proyecto ALBA.

Cómo se puede trabajar para proyectar valores socialistas si vives en el epicentro de la cultura fashion, de la frivolidad, en el lugar donde se refugian las “estrellas” del mundo del espectáculo capitalista? Dudamel actualmente vive en una casita de dos plantas, “con piscina infinita”, que ordenó construir en Hollywood Hills, Los Ángeles. Quizás sea vecinito y tome el te con Paris Hilton, Enrique Iglesias o Alejandro Sanz.

Dudamel tiene agentes de promoción en algunas capitales como Londres, desde donde se firman contratos millonarios, a manera de empresa privada, cual Daddy Yankee o cualquier “estrella del pop”. Además, cuenta con un ejército de muchachitos que trabajan para él, por un salario mínimo, sometidos a una forma velada de empleo precario.

Es triste ver (además, con mucha frecuencia) como muchos artistas comprometidos políticamente, abanderados de lo más genuino de nuestra identidad y con una trayectoria ejemplar como son Lilia Vera, Cecilia Todd, Francisco Pacheco, Gustavo e Israel Colina, Iván Pérez Rossi, Alí Alejandro Primera, Texere, la ODILA y un largo etcétera, viajan para representarnos en el exterior, con apenas un boleto aéreo (a duras penas gestionado por alguna embajada o consulado) y honorarios de cuatrocientos dólares (como mucho), sin viáticos, mientras Dudamel y su orquesta viajan en aviones de PDVSA, con honorarios de cientos de miles de dólares.

Dudamel y Abreu se llevan más de cuarenta por ciento del presupuesto del Ministerio del Poder Popular para la Cultura. Eso sin contar con las ayudas que reciben de PDVSA y otros entes del estado venezolano.

Que caras le salen al estado venezolano las esporádicas apariciones del showman en el barrio La Vega o en el Estadio Luis Aparicio de Maracaibo…y que cara aquella famosa interpretación del himno nacional en la apertura de TVES, en el Teresa Carreño!

Qué pasa?...Hasta cuando se perpetuará esta situación injusta? …Quién dirá basta?...Quien le pondrá el cascabel al gato?

Quiero dejar claro que la intención de quienes hacemos crítica no es la de lapidar, por mezquindad, el proyecto de Abreu ni mucho menos, sino el de otorgarle su justo valor y aclarar que es un error presentar al “Maestro” como el “Salvador de la Patria” y de los “niños abandonados de nuestros barrios”, a quienes “rescata de su inevitable destino de malandros”, razón por la cual, el resto de artistas que trabajan por proyectar nuestra identidad cultural quedan relegados a un papel secundario y reciben sólo lo que sobra de un presupuesto que tiene como prioridad a las estrellas mediáticas de la FESNOJIV.

Es que tenemos que dejar pasar unos cuarenta años para que venga algún Ry Cooder y un Wim Wenders para sacar del olvido a quienes trabajan por mantener vivo lo que nos caracteriza como pueblo, musicalmente hablando, mientras destinamos el grueso del presupuesto de cultura a proyectar la música académica europea y dar cobertura a quienes luego pasan a ser estrellas en la sociedad del espectáculo?

*Musicólogo y Doctor en Historia del Arte por la Universitat de Barcelona-España