La Cultura Popular le canta sus cuatro verdades a Abreu, pincha el siguiente enlace y luego dale play al reproductor:

miércoles, 2 de marzo de 2011

Orquestas Juveniles ¿Un logro de la Revolución?

Por: Marcos Meléndez

Se ha despertado nuevamente una discusión que hemos llevado –dentro y fuera de FRAPOM- sobre la pertinencia de tener en el país más de treinta mil niños estudiando música centro europea y que tengamos a nuestro “máximo embajador cultural” y “modelo a seguir por los noveles artistas venezolanos” viviendo en Beverly Hills y dirigiendo simultáneamente la orquesta Simón Bolívar y la orquesta de Los Ángeles.

Abordar este tema siendo músico resulta profundamente delicado porque se corre el riesgo de ser acusado de envidiar a Dudamel o de ser contrarrevolucionario por llevarle la contraria al comandante que se ha descargado en loas hacia la propuesta del Maestro Abreu, por eso trato de abordarlo con la mayor objetividad y respeto posible.

El movimiento de orquestas venezolano tiene un origen previo al mismo Maestro Abreu. En Venezuela, el movimiento sinfónico y coral se origina de la mano del Maestro Vicente Emilio Sojo quien funda una escuela y crea toda una corriente de maestros compositores entre los que se destacan Modesta Bor, artista revolucionaria que introdujo toda una recopilación de la música folclórica del oriente venezolano (pregones aguinaldos, cantos de trabajo etc.) adaptados para coros mixtos y coros infantiles, también adaptó bajo la modalidad de madrigales poemas revolucionarios de Pablo Neruda y ganó un festival internacional con una obra revolucionaria titulada “la mañana ajena” donde musicaliza un poema que habla “de las bocas vacías de los niños”. Junto a ella otros maestros se forman desde la escuela de Sojo, el Maestro Antonio Estévez que en la misma estructura nacionalista sinfónica de Sojo y de Modesta musicaliza para coros y para orquestas, obras de Alberto Arvelo Torrealba como “Despertar” que narra el amanecer bucólico del llano y poemas como “Florentino y el Diablo” que convierte en una obra esplendorosa para coro orquesta y dos solistas titulada “Cantata Criolla”. De esta misma escuela de Sojo fueron alumnos la Yaracuyana Blanca Estrella De Méscoli el Carabobeño Gonzalo Castellanos Yumar (responsable del arreglo oficial del himno de Carabobo) Antonio Lauro, padre del movimiento guitarrístico nacionalista y el maestro José Antonio Abreu quien hoy se adjudica el nacimiento de las orquestas juveniles. Pero antes de estas orquestas juveniles, el Maestro Sojo funda con sus discípulos, la orquesta Sinfónica de Venezuela y el Orfeón Lamas, ambos bajo su propia batuta e integrado en principio por músicos extranjeros (no había una fuerte cultura sinfónica todavía) y los maestros que el mismo estaba formando en el área de composición podían –además de integrar el coro que era un asunto obligatorio- estrenar las obras que iban componiendo. De tal suerte que, el maestro Sojo fundó un movimiento de compositores NACIONALISTAS y creó una orquesta y un coro nacionales para que ese repertorio se difundiera. Es entonces usando al Maestro Abreu que era uno de los compositores menos fecundos de la escuela de sojo pero con un talento que se perdía de vista para la gerencia cultural, las relaciones públicas y la economía, es designado para fundar el semillero para la sinfónica Venezuela y se crea la primera ORQUESTA SINFÓNICA JUVENIL. El proyecto consistía en dar formación a jóvenes venezolanos con el fin de ir sustituyendo a los maestros europeos fundadores e ir creando un movimiento juvenil que alimentara las orquestas profesionales que se irían creando en el interior del país de la mano con los nacientes conservatorios.

Todo esto, tenía que estar al servicio de la creación de un andamiaje sinfónico NACIONAL Y NACIONALISTA para que la música folclórica que el maestro Sojo en su condición de musicólogo fuera recopilando del saber popular y que sus discípulos progresivamente iban registrando en partituras y convirtiendo en arreglos para coros, para orquestas etc., enriquecieran el repertorio de las orquestas.

Por eso la crítica profunda a nuestro ilustre movimiento de orquestas es que no podemos hacer una gira internacional altamente costosa con nuestros jóvenes músicos para celebrar el bicentenario haciendo música Europea; ¿estamos celebrando el bicentenario de qué? Se trata del bicentenario de la salida –al menos física- del yugo europeo de nuestra América Colombina entonces ¿no era lógico que al menos la gira se hiciera con la música de Modesta Bor, de Gonzalo Castellanos, de Sojo, de Antonio Estévez en vez de Mahler, Tchotstacovich, Beethoven y Berstein? Si logramos que nos ovacionen en Europa con esa música si estaríamos al frente de una revolución musical. Esa música ha sido enterrada por el movimiento de orquestas en la misma tumba donde yace el movimiento de coros escolares, el movimiento de estudiantinas liceístas y los programas de cuatro en todas las casas de la cultura. Prácticamente es “una raya” estudiar cuatro con respecto a estudiar oboe. Claro, en detrimento de lo que estoy diciendo cualquiera me puede decir que Sojo era Adeco (Sojo militó en AD al igual que Abreu como mucha gente de izquierda antes de la perversión sistemática del partido) mostrar el video de los doscientos niños tocando cuatro y las 40 arpas que se presentaron en Caracas recientemente; cierto de treinta mil niños unos quinientos tocan instrumentos típicos de la nación y cada tres meses toan la cantata criolla para que el comandante lo vea, eso esta bien y desde aquí aplaudo y aplaudiré a mano ensangrentada al movimiento de orquestas, al maestro Abreu y al hecho de que es preferible que estén haciendo música sinfónica centro europea a que no hagan nada, pero no puedo permitirme ni que se falsee la historia y se diga que antes de Abreu “la tierra empero estaba vacía y sin forma y el espíritu de Dios se movía por encima de las aguas” como dice el génesis que escribió Moisés, ni tampoco que se siga enterrando la música nacional en beneficio de un movimiento transnacional que beneficia a las grandes cadenas productoras de instrumentos sinfónicos y legitiman grandes transferencias de divisas controladas para hacer negocios redondos que no se pueden esconder cantado “Venezuela” cada tres meses. Y NI HABLAR DE LA BURLA QUE LOS MISMOS JÓVENES HACEN DE ESA OBRA CUANDO LA INTERPRETAN.

La propuesta no es deslegitimar el hermoso movimiento de orquestas juveniles, se trata de ser profundamente autocríticos y exigir el retorno de las orquestas juveniles al proyecto original y que retomen la música sinfónica nacional, La suite Margariteña, La Suite Larense, La suite Falconiana, la música de Castellanos, la de Estévez y le den cabida a los nuevos compositores que están haciendo música nacional. También se propone que el movimiento de orquestas sea lo suficientemente justo como para no arruinar simultáneamente al ministerio de la cultura, al de educación y al de desarrollo social a quienes se les reduce recursos para fortalecer a este movimiento y, mientras un músico de una orquesta juvenil se va de gira con dólares preferenciales para interpretar música europea, y gana un salario (le llaman beca) de entre tres mil y seis mil bolívares, los maestros de música de las escuelas primarias tengan que brincar en tres planteles para ejercer diez horas variables en cada uno, formar tres coros y tener tres jefes para ganarse un poco mas de la mitad de lo que ganan nuestros jóvenes talentos de las orquestas.

A riesgo de ser apaleado por la opinión pública de camaradas que se limitan a apreciar el producto y no el proceso de confección, debo dejar estas reflexiones para pedir nuevamente un debate sobre la pertinencia de tener treinta mil jóvenes estudiando música centro europea en detrimento del resto de todas las demás manifestaciones artístico culturales. Viva la música Nacional y Nacionalista, Viva Sojo y vivan nuestras orquestas, pero regresemos a los orígenes y no permitamos que se imponga la estética centro europea y nos convirtamos en una colonia cultural.

(*) Licenciado en Educación Musical y Militante de FRAPOM

Nota: este artículo fue publicado en el sitio web Aporrea.org el 25/02/11

1 comentario:

  1. Hola Marcos, estoy impresionada leyendo tu artículo. Soy Venezolana y actualmente estudio en Londres, y justamente escribo un trabajo sobre El Sistema. Recibo con entusiasmo tus palabras, porque investigando, es bastante dificil encontrar voces auto-críticas al Sistema, es casi intocable. ¿Cómo podría comunicarme contigo? Gracias!

    ResponderEliminar