La Cultura Popular le canta sus cuatro verdades a Abreu, pincha el siguiente enlace y luego dale play al reproductor:

miércoles, 14 de diciembre de 2011

“La música popular merece tanto apoyo como el sistema de orquestas”

ENTREVISTA A CECILIA TODD

—Mucho se dice que la Revolución dividió al país en dos bandos. En el artístico eso parece evidente. ¿Es así?

—Realmente creo que la división siempre la ha habido, pero no habíamos tenido oportunidad de demostrarla. Lamentablemente, los medios de comunicación han contribuido a agudizarla, pero la verdad es que siempre hemos vivido en dos Venezuela. Por ahí un amigo dice que “Chávez nos volvió fascistas” y yo le respondo que eso no es algo que uno “se vuelve”. El que es fascista, siempre lo había sido.

—¿Y es bueno o malo que esa división haya aflorado?

—No creo que una división sea buena nunca. Somos todos venezolanos y la división duele. Uno quisiera que no fuera así, pero por lo menos uno ya sabe con quién cuenta porque antes tenías a alguien cercano con el que creías estar muy identificado y resulta que no era verdad.

—¿Ha perdido amistades?

—Lamentablemente sí. Pero he ganado el afecto de mucha gente amorosa que anda por ahí. Eso es más importante. Además, si una posición política es capaz de alejarte de alguien, quiere decir que ese afecto no sirve.

—¿La política cultural del Gobierno ha contribuido a la separación?

—Lo que se ha logrado en la cultura es importantísimo, abriendo espacios para todos. La gente nunca había ido tanto al teatro, a los conciertos, las exposiciones. Es algo asombroso, maravilloso e inédito. El otro día había una cola frente al cine Principal para ver una obra de teatro: ¿cuándo en la vida eso había pasado?

—En las familias y en otros grupos siempre hay discusiones sobre con quién estaría hoy una persona fallecida hace tiempo. En esa onda: ¿Alí Primera hoy sería chavista o escuálido?

—A todos los que tuvimos la suerte de conocerlo no nos cabe la más mínima duda porque Alí siempre fue un combatiente a través de la música y un militante de la vida y de la justicia. Seguramente apoyaría este proceso.

—La pregunta viene porque hemos visto tantas cosas… Por ejemplo: ¿qué sintió usted cuando Soledad Bravo le dedicó La canción del elegido a Nixon Moreno?

—Ahí está el tema de las dos Venezuela: como hay dos países, hay dos lecturas de hechos como ese. Yo lo que sabía de Nixon Moreno es que cada vez que encabezaba una manifestación en Mérida había destrozos; un tipo acusado de tratar de violar a una mujer policía. A lo mejor, la versión que tenía Soledad era otra. Lo que sí sé es que Silvio (Rodríguez) se sintió mucho, no por él, sino porque esa canción fue dedicada a Abel Santamaría (mártir de la Revolución Cubana, torturado hasta morir en 1953, tras el asalto al cuartel Moncada). Uno tiene que ser consecuente con sus ideas y con sus actos y saber a quién le dedica una canción como esa.

EL ESPANTOSO REGGAETÓN

—Hablando de la música de hoy, ¿condenaría usted algún género en su totalidad?

—Sí, claro, el reggaetón, la cosa más espantosa que se ha podido hacer. Cualquiera que tenga un poco de respeto, debe repudiarlo. Yo, como mujer, me siento especialmente ofendida y no entiendo cómo a algunas mujeres les fascina y lo bailan. Será que no han oído las letras porque es un irrespeto absoluto. Es una grosería, no tiene nombre, es espantoso desde todo punto de vista. Para empezar ni siquiera le diría música, ¡ja ja!

—¿Y en la música venezolana, hay algo criticable?

—Sí, ahí está el neofolclor. Con el perdón de quien se lo haya puesto, ese nombre encierra una ignorancia absoluta porque si es neo no puede ser folclor, y si es folclor no puede ser neo. Es un disparate. Además, en el caso de la música venezolana, no hace falta inventar nada para enriquecerla, es riquísima en sí misma.

—Viendo la respuesta juvenil ante Calle 13, se tiene la impresión de que muchos “se tripean” al grupo, pero no captan el mensaje. ¿Será así?

—Bueno, hay que aclarar que son algunas de sus canciones, porque Calle 13 tiene de todo. Pero yo creo que algo del mensaje trasciende, pues de lo contrario no causaría tanto impacto. Así como Kotepa Delgado decía “escribe que algo queda”, en este caso habría que decir “canta que algo queda”.

DESEQUILIBRIO MONSTRUOSO

—El movimiento musical académico, que tanto ha dado a conocer a Venezuela en el mundo, es complementario de la música venezolana o le resta espacio?

—Me parece muy bueno que haya un acercamiento general a la música, pero me parecería mucho mejor que fuese con la música popular o, por lo menos, que se le diera el mismo apoyo. Hay un desequilibrio monstruoso entre el aporte económico que se da al sistema de orquestas y a la música popular. Es un despropósito. Hay niños del páramo que tocan violín y nunca en su vida han tenido un cuatro ni quieren tocar en la Paradura del niño. Sólo tocan lo que les dicen en la orquesta, es un chip que les han metido en la cabeza. Debería existir la posibilidad de que los niños estudien música académica o popular, que aprendan a tocar cuatro, arpa, bandola, bandolina. Tuvimos 33 presidentes invitados y no les mostramos nuestro impresionante patrimonio musical, sino dos actuaciones de las orquestas con música que no es nuestra. Es absurdo, porque si yo voy a Buenos Aires no es a oír joropo, sino un malambo o una chacarera. Entonces, ¿por qué nosotros presentamos un mambo de Pérez Prado? Me sentí muy dolida. Yo quería que estuviera allí Vidal Colmenares, que esa gente supiera qué es un joropo bien tocao, bien cantao y bien bailao; que hubiera una gaita de tambora, unos galeronistas de Nueva Esparta y un calipso de Guayana con todos su colores y sonidos. Hubiese sido conveniente presentar las dos cosas, no dejar de lado nuestro patrimonio, lo que somos, nuestra cultura.

“Presidente: No cante más el tema Venezuela”

Al hablar, la voz de Cecilia Todd suena tan dulce y armónica como cuando canta. Pero lo que dice esta caraqueña de 60 años tiene su dosis ácida. Por ejemplo, cuando habla del muy exitoso tema Venezuela, que canta con frecuencia el presidente Hugo Chávez:

“Esa canción, no puede ser la bandera de nuestra música. Fue escrita con mucho cariño, como un homenaje al país, pero por extranjeros. Yo les agradezco al señor (José Luis) Armentero y al otro autor (Pablo Herrero), ellos no tienen la culpa de que nosotros la hayamos convertido en un himno. Si fuésemos un país sin música, estaría bien, pero ¿será que no hay una canción que nos represente entre tanta riqueza musical? ¿cómo es posible que los coros, todos los solistas canten esa canción que habla de tifones y volcanes? La otra vez me la pidieron y yo dije: ‘No, pana, no me pidan eso’. Jamás la he cantado y no la voy a cantar. Yo se lo he dicho ya, pero aprovecho para reiterárselo: “Presidente, no cante más esa canción porque no nos representa”.

Se muestra cáustica con los radicales que cuestionaron el reciente homenaje del Gobierno a Simón Díaz, por ser una figura vinculada a la oposición.

“Me parece maravilloso, porque Simón es uno de los personajes más queridos que tenemos. Siempre ha tenido su forma de pensar, pero lo que se reconoce es su carrera y su talento. ¿Cómo alguien puede poner en tela de juicio que se le rinda un homenaje a Simón? Es insólito.

CLODOVALDO HERNÁNDEZ
ESPECIAL PARA CIUDAD CCS

1 comentario:

  1. Me quito el sombrero ante estas declaraciones, si la mayoria de los chavistas fueran asi de educados y consecuentes no habria tanta division en el pais. A ver si Chavez coje escuela y entiende que no hay que insultar ni menospreciar a nadie por mucho que nos moleste cierta postura uno debe mantener la calma y hablar inteligentemente :)

    ResponderEliminar