Por: Diego Silva Silva
I.-REFLEXIONES
Después
de que el Presidente Maduro enunciara al Doctor Abreu (y su proyecto) como la piedra angular para lograr la paz y la armonía (yo digo que aquí en Venezuela no hay guerra,
solo hay una impunidad y corrupción desbordada y por eso el hampa está
desbordada también), en una
Venezuela en donde se ha incrementado la delincuencia y el consumo de drogas
(extrañado además porque Abreu
lleva mas de 35 años enchufado y no ha logrado ni siquiera debilitarlas),
no me queda otra opción que imaginarme que la tan multi-mil millonaria
corporación de orquestas, desmontará la incipiente capacidad de convocatoria de
las comunas y su accionar independiente y específico en las comunidades.
También me imagino que con semejante
proyecto nacional, en manos de Abreu, desaparecerá el tan pregonado estado
comunal, porque hasta donde sé, en todos los espacios sociales en donde
llega el sistema de orquestas, toda organización y jerarquía pasa a ser
subordinada de la corporación susodicha, se regulan las
competencias de todo lo que lo rodee, que automáticamente, pasa a ser
subalterno del sistema (incluyendo infraestructura y recursos económicos), que
además nunca ha permitido la contraloría social tal como se contempla en la
Constitución vigente (haciendo un gran daño al país, pues aumenta la falta de
transparencia en la gestión de asuntos públicos, es decir, lo que hace Abreu con los enormes ríos de dinero
que recibe.)
¿Se plegarán las comunas y organizaciones
no gubernamentales al proyecto Abreu?
¿Escucharemos por ejemplo a una Radio
Sanare o Radio Negro Primero transmitiendo en VIVO el ensayo de la sinfonía tal
de los fetiches musicales de Europa central?
Según expresa uno de los tantos apologistas del sistema de
orquestas en este portal:
...en
el “Sistema” se puede orientar mejor los destinos de músicos provenientes de
las zonas populares, en donde solo existe el sistema de la droga y otros malditos males sociales que
acostumbran anidar…(subrayado
mío)
... el
hoy también muy respetado maestro Gustavo Dudamel, cuya consigna es que en los
sectores de la penuria, y de la estrechez, hay que instaurar el saber musical y
artístico a la vez que la suficiencia y la conciencia ciudadana…”
Debemos deducir entonces que: ¿en los
barrios solo hay delincuentes y prostitución potencial? ¿que el saber musical
no existe o nunca existió en
Venezuela y que sólo es posible alcanzarlo participando en una de esas
orquestas eurocéntricas? ¿que no existe talento, suficiencia y conciencia en la
población venezolana de las zonas populares? y si existió alguna vez ¿hay que
orientarlo? ¿hacia dónde? ¿Son un montón de ignorantes? ¿Sin arte, ni ciencia, ni
parte? ¿En qué consiste esa suficiencia? ¿No hubo saber y sensibilidad musical
y artística en Venezuela hasta que llegó el doctor Abreu a INSTAURARLO? ¿Funcionaron las supuestas orquestas
penitenciarias (una estafa más) como las planteó aquel ministro que las
enarboló como solución a la crisis en esos recintos y le inyectaron una fortuna
en recursos económicos al sistema? NO
FUNCIONARON...¿Por Qué?
Porque al igual que en las comunidades (de
donde provienen también los procesados), las personas pueden sentirse motivadas
por otras músicas (en plural): el jazz, la salsa, el rock, el tango, el bossa
nova, y otros productos del depositario urbano; además de la música tradicional
venezolana, las músicas de la India, China, Japón y África o, las de los
pueblos americanos; y es a través
de ellas, si así lo requieren, como se puede aglutinar y convocarles a trabajar
para hacer más pleno su entorno vivencial (que también podría ser con el
deporte, el ajedrez, el teatro, la danza, la literatura, la plástica, el cine,
la poética y el trabajo artesanal), y no necesariamente con una orquesta cuya
logística y contenidos puede serles hostil ya que no permiten absolutamente
ninguna alteración de los cerrados códigos que allí se repiten con insistencia.
Una cosa es leer y disfrutar a Cervantes, Dante,
Shakespeare, Virgilio, Pirandello, Ezra Pound, W. Yeats o Whitman, y otra muy
distinta es asumirlos como propios y sustitutivos de la literatura venezolana y
americana: Pablo de Rokha, Chino Valera Mora, Jorge
Zalamea, César Vallejo, Jose Maria Arguedas, Julio Cortazar, Rubén Darío, Otto
René Castillo, García Márquez, Roque Dalton, Roberto Fernández Retamar, Pablo
Neruda, José Antonio Ramos Sucre, Jorge Luis Borges, Guillermo Cabrera Infante,
Rodolfo Santana.
Del lienzo que se sirvió Rembrandt, también se sirvió Reverón (y
Mercedes Pardo), pero nuestro loco
de Macuto (también pintó sobre yute) no andaba detrás de la especulada sonrisa
de la Monalisa (o la Mona Luisa, como la llamó Aquiles..no el griego, sino el
Nazoa, el ruiseñor del catuche), más bien se ubicó en la luz del mar Caribe y no del Mediterráneo, en esa
luz que nos dejó azulada, sepia y mágica... pero
sobre todo, nuestra para el mundo y
no, como pregona El Doctor Abreu
con su corporación en relación a como debe ser la música: del Mundo…para
nosotros, del Big Other para los siempre subordinados.
En
este sentido, Abreu y su proyecto (como
muchos otros que confunden maliciosamente nuestra lucha por la preminencia de
la cultura nacional por sobre la cultura impuesta, que ataviada de
universalidad justifica atropellos y violación de derechos elementales), se
asemejan a las controveriales series de televisión made in usa en donde la clase trabajadora es inferior, débil, insignificante e
impotente y que, por todo eso, debe sentir vergüenza de sí, de su identidad de
clase, de su origen y de su esencia (hay una película venezolana que representa
esta condición humana: el muchacho de la orquesta es fino, delicado,
culto...toca mozart; el del barrio es torpe, soez, ordinario...baila ritmos
afrocaribeños, la protagonista se avergüenza de su origen pobre). El asunto es desproveer al pobre, al
desfavorecido, de toda la carga subversiva que tiene su cultura de la
resistencia, para convertirlo en un buen
ciudadano...que toque Mozart. Negocio redondo.
¿Es
entonces con esas orquestas y su repertorio euroadicto que se va a cumplir el
proyecto de país que presentó Chávez en su último Programa de Gobierno:
Independencia y Patria Socialista?
No lo creo, porque en
ellas, tal como están planteadas,
los elementos de la cultura ajena (en donde los fundamentos esenciales escapan
a nuestro control) nos inhiben la capacidad de decisión sobre ellos, porque
forman parte de la cultura impuesta y nos enajenan de la posibilidad de
alcanzar una cultura propia, entendida esta última como aquella en la que
los elementos propios, impuestos y
ajenos, estan bajo control de nuestra autonomía cognitiva y reflexiva o del
ejercicio de pensar.
De
modo que esa multimilmillonaria corporación de orquestas es la caracterización
del neocolonialismo en su etapa superior o avanzada (Brito Figueroa), porque implica
la toma de decisiones sobre objetos ajenos, profundizando así el rechazo hacia
los objetos culturales propios...además, los objetos culturales ajenos se
anhelan y toman como propios, constituyendo esto último la fase final del
neocolonialismo: la dependencia y la sumisión se asumen con una lógica tan
natural que se reproducen a sí mismas (la Plusvalía Ideológica de Ludovico
Silva).
Esto solo nos crea la ilusión de “desarrollo en la dependencia”, es la
lógica de la utopia cultural neoliberal fundamentada en el multiculturalismo,
que es la interacción de un conjunto de sujetos autónomos plurales
regidos por las leyes del mercado y el supuesto juego democrático. Se presenta allí la muy soterrada trampa semántica que se
debate entre Crecimiento y Desarrollo: el primero está representado por la
cultura de la repetición, difusión, propagación y entronización que conlleve a
la perdurabilidad de la cultura hegemónica y sirve para maquillar la
dependencia; el segundo es la esencia de lo que una vez llamamos Independencia
y hoy podemos enunciar como DESCOLONIZACIÓN.
Esta discusión que se ha hecho posible en
una pequeña pero significativa escala (gracias a Aporrea), es lo que ha
obligado al doctor Abreu a incorporar elementos pintorescos y folklóricos en
sus arsenales para las representaciones en Venezuela (que no es lo que se
exporta ni con lo que se pretende adiestrar a nuestros niños en la
dependencia), para acallar el adequismo cultural de llaneros con toga y botas
de topógrafo.
El supuesto negado de que las orquestas de
Abreu acabarán con la delincuencia y la droga en los barrios está doblemente negado en virtud de que
el paramilitarismo disfrazado de
hampa común (traído de Colombia por la burguesía nacional aliada de la
colombiana y cuya avanzada han sido las narco-telenovelas, tubo de ensayo de la
CIA para destruir sociedades), hace inviable la vida en comunidades populares
urbanas, donde interfieren con la producción y la reproducción del metabolismo
social, intimidando a sus moradores, logrando que familias enteras tengan que
mudarse bajo amenaza de muerte y finalmente, al imponer restricciones horarias.
Los
únicos que pueden poner fin a esta tragedia son los propios moradores de los
espacios sociales aquejados por las bandas delictivas. Instrumentando, además
de las organizaciones sociales, a
las milicias territoriales.
II.-EL SISTEMA (CORPORACIÓN DE
ORQUESTAS) Y LA VIDA POLÍTICA DEL PAÍS
El accionar de los grupos u organizaciones
sociales (tan odiado por las clases dominantes) junto a la llamada ideología revolucionaria, que es también
dedicación humanística en algunos casos, ha ayudado a muchos jóvenes de los
barrios a trabajar para erradicar la delincuencia, la droga, y otros malditos males sociales sin
necesidad de que tenga que instalárseles una orquesta que no los representa
culturalmente.
Es preciso aclarar además, que la corrupción, la droga y la violencia se
manifiestan con igual o mayor intensidad en las clases medias altas y la
burguesía, o sea, entre los ricos,
si no miren ustedes la cantidad de políticos y empresarios corruptos de los que está lleno el país …y los
hacendados y parceleros asesinos de campesinos, dirigentes comunales y
YUKPAS (el golpe de estado del año
2002 fue la consagración de la violencia de los ricos contra el pueblo).
Aquí en Caracas, en el 23 de Enero, por
ejemplo, hay grupos sociales organizados con elevados niveles de conciencia que
han logrado poner a raya a la delincuencia y la droga que por cierto, nos la envían cariñosamente para
matar la esperanza (lean al respecto los procedimientos de la CIA para sofocar o ahogar las luchas de
los pueblos), y hasta donde sé, ni en las Lomas de Urdaneta, Caricuao, Propatria, Petare o el Valle,
han necesitado de la tutela del
joven director de orquestas, ni de la gerencia del Doctor Abreu, para
desarrollar movimientos culturales, como por ejemplo el que existió en San
Agustín del Sur (el que facilitó el surgimiento del Madera [original] que hoy
se re-potencia) y dio frutos que todavía sobreviven.
Estas organizaciones espontáneas, que
justamente se desequilibran y corrompen cuando el gobierno pretende
controlarlas, constituyen las garantías esenciales que permiten el mecanismo de
interacción natural en las comunidades.
III.-LA MÚSICA
COMO VEHÍCULO DE INTERACCIÓN
El sostén de ese poderoso sistema de
orquestas con el que ilusoriamente se pretende erradicar la delincuencia
(porque la droga y la violencia nos las traen las clases dominantes), no depende exclusivamente de la validez
empírica de una organización piramidal, si no de procesos sociales en los que
debe prevalecer la comunicación, la negociación y con ello, las vías para
solucionar el conflicto, porque esa es la manera como la ciencia, los procesos
culturales y la subjetividad humana se construyen socialmente, es decir, constituyen
o deben constituir un sistema abierto y en interacción permanente para
poder así hablar de INCLUSIÓN.
…Así, desde el punto de vista de su función social, el efecto
primario de la música es darle al escucha un sentimiento de seguridad, porque
ella simboliza el lugar en donde nació, sus primeras satisfacciones de
infancia, su experiencia religiosa, sus placeres realizados en comunidad, su
noviazgo y su trabajo- cualquiera de todas esas experiencias de formación de la
personalidad. (Subrayado mío.
citado por John Balty en Ethnicity, Identity and
Music. The Musical Constructions of Place. Edited by Martin Strokes. Oxford.
New York.)
Para los que hemos estudiado el fenómeno
de la música y su relación con: los procesos síquicos en los contextos sociales
específicos y su capacidad de evocar imágenes; provocar sensaciones; producir
estados de paz o intranquilidad; ya sabemos que no hay una melodía, ritmo, o armonía específica, que tenga esa
condición en exclusiva y que provenga
de una cultura superior ungida por los dioses como regalo a la humanidad.
Para someter a un paciente (y a una
comunidad) a una terapia con música (musicoterapia), debe hacerse un estudio de
su perfil socio-cultural, ahondar en el ethos
personal que lo motiva y conmueve, que lo inquieta o lo calma...es un proceso
experimental personalizado parecido al sicoanálisis, una vez que el
musicoterapeuta (y no un gafo que envuelto en una manta pone inciensos y coloca
una supuesta música para el relax) ha encontrado los parámetros para adentrarse
en la sonoridad capaz de motivar al paciente, procede a utilizarla progresiva y
discretamente, con la finalidad de que su terapia sea efectiva (el musicoterapeuta es un sicólogo clínico
también).
La misma música que lo calma o activa a
usted, puede generar en mí angustias y depresiones, o desdeño y hastío...NO HAY
UNIVERSALES EN ESTE SENTIDO, TODO DEPENDE DEL CONTEXTO.
Un apologista del sistema en este portal
escribió, refiriéndose a Abreu, su
proyecto y nuestras críticas:
...paralelamente
a la defensa de la musicalidad de su país ha contribuido al rescate y a la
democratización de la enseñanza de la música en el mundo. Bueno también
es, decirle a estos compatriotas que se lanzan al ruedo de la opinión sin medir
loas consecuencia, que la música es el idioma universal, que no tiene
fronteras, ni nacionalidad. (Subrayados míos)
¿No tiene nacionalidad?, veamos.. Abreu ha
democratizado la enseñanza de la música, pero la de cuatro o cinco países de
Europa central que ahora suma algunos valores de USA (convocando a la
subalternidad), y doscientos cincuenta años de esa historia (impuesta la humanidad como parte del gran meta
relato). Si allí no hay nacionalidad alguna visible (para algunos), es porque
ellos (las culturas hegemónicas), han
pretendido uniformar la gran heterogeneidad y diversidad cultural de la
especie humana.
Cualquiera que tenga un conocimiento mínimo
de las expresiones científicas de las disciplinas sociales sabe que sin la contextualización
de un fenómeno, su análisis es incomprensible o incompleto. Dicho en otras
palabras: quienes no comprendan la naturaleza de la música como un bien
cultural construido socialmente
con todas sus concatenaciones, son presa fácil de especulaciones metafísicas y
de la tonta y polvorienta tesis de
que hay una Música Universal, defendida por las cofradías subjetivas plenas de
vacuidad intelectual.
Y en torno a la pretendida universalidad
como tal:
los universales son relaciones inmutables e imperecederas que se
presentan en el mundo físico y biológico, pero no en el ámbito cultural.
Y en torno a la cualidad asemántica de la
música, los invito a reflexionar sobre esta otra visión posible de la
música:
la música es un bien
cultural producido socialmente y su significado está inexorablemente asociado a
lo que representa, a menos que se nos diga que algo se representa a sí mismo,
lo cual está próximo al absurdo.
Y en cuanto a los valores:
Los valores musicales nos son absolutos. Son productos
culturales y gozan de autoridad sólo dentro de una cultura dada. Como arte
social (o potencialmente social), la música necesita un consenso comunitario
para establecer un sistema de valores. (Lewis Rowell. Introducción a la Filosofía de la Música. España. Gedisa Editorial
1996. pág. 18).
Pero si de lo que se trata es de asumir
las representaciones ajenas como propias y además, utilizarlas como mecanismo
para legitimar la adquisición de
más y más recursos con el supuesto de que erradicarán la droga y la delincuencia (por parte del
proyecto Abreu), estamos ante una crisis epistémica grave y ante un estado
incapaz de corregir las desviaciones sociales a través de la acción social
protagónica y participativa que pregona y convoca para lograr la tan deseada
revolución:
Sería una revolución Nuestra-Americana, una revolución
socialista de nuevo cuño, del siglo XXI, una revolución democrática,
participativa, protagónica, dialéctica, plástica, ético-estética,
pedagógica-andragógica, una revolución viable incluso de cara a las complejas y
tornadizas escaramuzas de lucha de clase contra el capitalismo hoy y mañana.
(Luis Delgado Arria. Aporrea. http://www.aporrea.org/actualidad/a85162.html)
Lo que no queremos es ser y continuar
siendo eternamente colonias, neo-colonias, protectorados, herederos del
meta-relato occidental que niega toda posibilidad de desarrollo autónomo, y
que las y los compositores
venezolanos y americanos dejen de ser ¡Nowhere man!..seres de ninguna parte.
Salud!!!
¡Viva Chávez!
PD. Quiero expresarle al Presidente Maduro
mis mejores deseos en la
conducción del país, y que así como convoca a todos los venezolanos de
cualquier ideología a sumarse al proyecto de país que lleva adelante, nos
permita a nos-otros, los que NO CREEMOS EN EL SISTEMA DE ORQUESTAS, manifestar
nuestros puntos de vista en el llamado Sistema Nacional de Medios Públicos (en
los privados no podemos tampoco, por algo será) y a acceder a los beneficios
del erario público con nuestros proyectos liberadores, que día a día nos son
rechazados por las instituciones del estado por darle preminencia y
protagonismo a la corporación de orquestas.
PD. Los dramaturgos, actores, artistas plásticos, poetas, compositores,
cuentacuentos, coreógrafos, gente de danza, realizadores de audiovisuales,
radio alternativa, prensa alternativa, jazzistas, salseros, músicos del
imaginario urbano, artesanos y demás aspirantes al hacha del verdugo (el
sistema): anímense a manifestar públicamente sus pareceres, todos ustedes son
parte de nuestro país y son esenciales para ayudar a eliminar la delincuencia y
la droga...pero sobre todo, para afirmarnos como nación ante el mundo con voz
propia.
diegosilvasilva@cantv.net
Nota de "La otra cara del SISTEMA": no sabemos cuáles son las razones que han impedido que este artículo sea publicado en el portal Aporrea.